Durante los pasados meses los productores de café enfrentaron una de las peores crisis económicas de los últimos años. La caída del precio internacional del grano, los bajos niveles de producción y la revaluación del peso afectaron el ingreso cafetero.
Hoy el café se encuentra en una coyuntura bastante diferente. Por cuenta de las dificultades en Brasil y Centroamérica, el precio internacional registra un alza importante. Además de ello, la devaluación de la moneda y el aumento de la producción del grano crean un ambiente económico más favorable. De esta forma, el ingreso cafetero se ha incrementado al punto de que la ayuda del gobierno a través del conocido PIC ha dejado de operar por el momento.
Los cambios inesperados en las condiciones del negocio cafetero ponen de presente lo importante que es para el sector la puesta en marcha de mecanismos de estabilización de precios e ingresos. Igual cautela deberían tener, de manera individual, los productores. Además, no hay que creer que las arcas gubernamentales siempre estarán abiertas para subsanar la falta de previsión financiera del sector y de los individuos.
En este sentido se debe repensar la necesidad y la pertinencia de que, como parte de la política y la institucionalidad cafetera, se disponga de un fondo de estabilización de precios de exportación.
De otra parte, los subsidios y los apoyos gubernamentales otorgados a diversos productos agropecuarios, entre los que se encuentra el café, han dado lugar a cuestionamientos sobre la eficacia de los mismos. La experiencia que en Colombia y en el mundo se ha tenido con este tipo de instrumentos no ha sido la mejor.
Por ello es que la tendencia mundial es a la reducción progresiva de los subsidios y de los apoyos directos y a la utilización creciente de los recursos gubernamentales en los denominados bienes públicos, como son la investigación, el riego, las vías, la información, la asistencia técnica y la capacitación.
La importancia de utilizar estos recursos en la creación de bienes públicos es que estos apalancan el desarrollo competitivo de la agricultura al tiempo que aseguran, de manera más equitativa, que los diferentes tipos de productores accedan y se beneficien de los mismos. Igualmente, ayudan a la creación de capital humano. Esto no quita que se disponga de apoyos para fines específicos asociados, por ejemplo, a emergencias económicas y sociales o a la superación de la pobreza.
La creación de un fondo de estabilización de precios del café y el hecho de que los recursos gubernamentales se dirijan a la generación de bienes públicos, ponen de relieve la necesidad de que el país conozca, prontamente, los resultados de los estudios y las recomendaciones de la Misión de Expertos Cafeteros. La actual coyuntura electoral por la que atraviesa el país no debe servir de argumento para demorar la divulgación de este importante ejercicio técnico y de política pública.
Los recientes eventos acaecidos en el sector cafetero realzan la necesidad de revisar la política y la institucionalidad cafeteras para asegurar un desarrollo productivo, sostenible e incluyente de esta actividad.
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