Los estudiantes que practican en los talleres de soldadura de la Institución Universitaria Pascual Bravo, lavan sus manos con agua fría luego de terminar el trabajo diario, lo que puede afectar su salud.
Esta situación motivó a un grupo de alumnos, entre ellos, Andrés Felipe Isaza Piedrahíta, estudiante de sexto semestre de tecnología en mecatrónica, a plantear una proyecto en el semillero de la institución educativa. “Yo nunca había hecho una investigación, sin embargo, me motivé y empezamos a trabajar en el tema”, dice Andrés al explicar que el propósito es encontrar cómo calentar el agua sin usar electricidad, aprovechando la luz solar y las botellas de pet.
El agua está en una tubería de PVC, se calienta con los rayos solares para que el líquido tenga una temperatura cómoda para su uso, señala Andrés.
El trabajo investigativo, que inició a principios de este año, ya cuenta con un prototipo que planea usarse en los talleres de soldadura.
El calentador fue presentado en la tercera Feria de Innovación e invención aplicada Aciem, donde ocupó el tercer lugar.
Cerca del beneficiario
La imagen del investigador solo y recluido en un laboratorio sórdido, lleno de fórmulas y conceptos confusos para la mayoría de los mortales, ha evolucionado, pues se ha desmitificado la investigación: “ya no se trabaja solo en los laboratorios, ni con ratones, la investigación está en el colegio, en la escuela, en las instituciones técnicas y tecnológicas”, comenta Eliana Santos, representante legal de Fundación Redcolsi, (Red Colombiana de Semilleros de Investigación), que lleva 15 años promoviendo la investigación y cuenta con 352 instituciones inscritas, más de 10 mil proyectos y 20 mil estudiantes.
Además, “el concepto de investigación ha cambiado y actualmente no se hace fundamentalmente por oferta, está cada vez más relacionada con el mejoramiento de la calidad de vida”, indica Rafael Aubad López, presidente (e) de Proantioquia. También se amplía el campo de quienes pueden resolver problemas y cada vez se hace más investigación cerca del beneficiario, señala Aubad.
De igual forma, el trabajo reúne personas de diferentes disciplinas y pueden trabajar de la mano técnicos, tecnólogos y especialistas en distintas áreas del conocimiento.
Proyectos rápidos
Por el tiempo de duración de los programas técnicos y tecnológicos, las investigaciones son más rápidas.
Por ello, Eliana Santos recomienda que las iniciativas busquen modificar productos existentes en el mercado para ser más exitosos o sean ideas innovadoras, proyectos relacionados con el emprendimiento y propuestas prácticas para mejorar el entorno social.
Para investigar “lo más importante es la motivación, el deseo de que el tema vaya a funcionar. Se trata de hacer algo que no se sabe hacer”, agrega Andrés.
Y algunos se preguntarán ¿para qué investigar? Porque nos puede abrir las puertas como estudiantes ya que un alumno que investiga cambia su perfil, “enriquece su hoja de vida” es una manera de conocer más amigos y de aprovechar sanamente el tiempo libre.
Y ten presente, que quien explora, no se queda con la información que le entregan en el aula de clase, va más allá.
No olvides que con más conocimiento tienes la posibilidad de diferenciarte en un mundo que es cada vez más exigente y competitivo y que cerca del 50% de la productividad está relacionado con la inclusión de mayores saberes en los procesos productivos.
Si eres una persona que no ha perdido la capacidad de asombro, que le gusta preguntar, indagar el por qué de las cosas, eres inquieto, deseas resolver las dudas y vas mucho más allá en el conocimiento, tienes madera para ser un investigador.
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