Hola, mi nombre es Santiago, hace unos días desperté con una gran sonrisa, no era un día como otros, ¡era un día muy especial!
Mientras me levantaba cuidé atentamente mis movimientos para que fuera el pie derecho el primero que tocara el suelo, no soy de agüeros, pero no quería arriesgarme, ese día nada podía salir mal.
Mi madre se encontraba en la cocina calentando el agua de panela con limón, la misma que le había hecho a mi padre esa madrugada para que saliera a trabajar. Solo ella sabía mis planes para ese día, sus ojos brillaban llenos de orgullo. La mañana olía a fresco, a flores, a café, me detuve en la puerta de mi casa, respire hondo y profundo, consciente de que sería el primer paso a mi nueva vida.
Ese día iba a encontrarme con Margarita, la mujer más hermosa: pelo castaño y crespo, ojos verdes claros almendrados, manos finas y rostro de porcelana, ¡una obra de arte!
Cuando llegué a su portal grité con fuerza, "Margarita, prepárate que vamos a caminar, y esta vez será por siempre"; ella, sin entender mis palabras, pero confiando en mí, salió alegre de su casa.
En el camino mis piernas apenas podían caminar, la torpeza causada por los nervios me hicieron caer un par de veces ¡Dios, cómo sudaba ese día!, y no era para menos, le pediría a Margarita que se casara conmigo.
Llegamos a un prado verde en la cima de una montaña, orquídeas, crisantemos y margaritas llenaban de color el paisaje, de fondo montañas, el día estaba soleado, todo parecía perfecto.
"Este es el momento", pensé, di un paso adelante para quedar cara a cara con Margarita y pedir su mano, pero algo pasó, todo se nubló, todo se volvió negro.
Hoy desperté en un hospital, mi pie derecho, el mismo que buscaba la suerte encontró una mina sembrada por la guerrilla, causando la muerte de Margarita, la pérdida de mi pie y el apagón de los ojos de mi madre.
Hoy he perdido las ganas de vivir, las he perdido porque ¿Quién quiere, por el resto de su vida, levantarse de la cama con el pie izquierdo?
Esta historia es ficticia, me la he inventado intentando ponerme en los zapatos de una verdadera víctima, de eso se trata la sensibilización, de ponerse en la situación de los otros.
Colombia es uno de los países en el mundo con mayor número de víctimas por minas antipersonal, muchos de nuestros municipios están en peligro y los grupos armados al margen de la ley las siguen utilizando indiscriminadamente.
"Remángate" es una iniciativa para que el 4 de abril todos nos pongamos en la situación de las víctimas y nos remanguemos el pantalón, concienciándonos sobre la situación que vivimos en Colombia.
Así que remángate, porque ¿Quién quiere, por el resto de su vida, levantarse de la cama con el pie izquierdo?
Para más información visita http:// www.remangate.org/
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