Una bebé de apenas dos horas de nacida fue asesinada por una estudiante de Enfermería que, al creer que se trataba del hijo de su marido, lanzó a la criatura contra el piso, donde la golpeó repetidamente en la cabeza hasta dejarla sin vida.
El hecho ocurrió hacia las cinco de la tarde del miércoles, en la puerta de la Clínica de La Mujer, en Santa Marta, cuando la señalada agresora, una mujer de 25 años, irrumpió en la sala de neonatos y a la fuerza le arrebató la niña a una enfermera, salió a la carrera con ella en los brazos y en la puerta la asesinó.
Cuando se encontraba a la entrada de la clínica, lanzó a la bebé brutalmente contra el piso y luego continuó golpeándola con el pie.
Las personas que presenciaron el hecho no salían de su asombro y trataron de impedir que la mujer consumara el crimen.
Sin embargo, nada pudieron hacer por salvarle la vida a la bebé, ya que los golpes que recibió en la cabeza fueron muy fuertes.
Una vendedora de minutos que se percató de lo ocurrido salió en defensa de la menor y alertó a otras personas que estaban en las afueras del centro asistencial.
Varios mototaxistas parqueados en las cercanías al ver lo que pasaba, enfurecidos se bajaron de sus vehículos y dieron inicio a una serie de insultos contra la agresora.
La mujer al ver que varias personas se le venían encima salió en busca de resguardo dentro del centro asistencial, donde minutos más tarde fue sacada por personal de la Policía.
Varias personas, entre ellos los mototaxistas, forcejearon con los policías para sacar a la enfermera del vehículo y hacer justicia por sus propias manos. Los golpes que recibió le hicieron perder el conocimiento y debió ser atendida en la mencionada clínica.
"Eso le pasó porque las personas no aceptaron el acto tan repugnante como este que acaba de ocurrir", declaró un testigo del hecho.
El personal de seguridad no se alertó antes del hecho, pues al parecer la supuesta homicida llevaba puesto su uniforme de enfermera.
La Universidad Cooperativa de Colombia, donde estudia la supuesta asesina, señaló en un comunicado que ella era "una persona normal sin ningún tipo de alteración sicológica o problemas de comportamiento".
El centro de educación superior, tras lamentar el hecho, manifestó su disposición de colaborar con las autoridades en la investigación sobre el asesinato de la recién nacida.
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