El sueño del presidente francés, François Hollande, no será el mismo hasta que no se resuelva el robo de los planos de su casa, conocida como el Palacio del Elíseo.
Así lo consideró Mauricio de Vengoechea, especialista en manejo de situaciones de crisis de la consultora Newlink Research, después de que la casa de Gobierno francesa informó que ese y otros documentos con información de otras sedes oficiales, almacenados en una memoria USB, desaparecieron del auto de un empresario el domingo pasado.
“Estamos hablando de los dos edificios que concentran el poder de Francia: el Palacio del Elíseo, donde vive y trabaja el presidente Hollande, y la sede del Ministerio del Interior, desde donde el Primer Ministro, Jean-Marc Ayrault, conduce la administración publica”, señaló el analista.
Los dispositivos, en los que se hallaban también las especificaciones de la prefectura de Policía, pertenecían a un contratista de la empresa responsable de la instalación de redes de fibra óptica en varias edificaciones sensibles de París, ciudad en la que se implementa una estrategia de vigilancia por video.
Al parecer, el ejecutivo dejó su auto parqueado mientras buscaba a una persona a la que fue a recoger en la estación de tren de Lyon, en el este de la capital francesa, oportunidad que aprovecharon los criminales.
Pero, aunque el Ministerio del Interior francés dio a entender ayer que la información extraviada no es de naturaleza clasificada, y no implica peligro para la seguridad nacional, De Vengoechea insistió en que para el mandatario este hurto no puede ser un asunto menor. De hecho, no descarta que los planos lleguen a ser compartidos con terroristas internacionales.
“Así como grupos terroristas propinaron un terrible golpe a Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001, y a España en el atentado en la estación de trenes de Atocha, a pocos días de la elección del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, ahora pueda llegar a ocurrir un atentado terrorista contra Francia”, manifestó en conversaciones con EL COLOMBIANO.
Líneas de investigación
La Policía francesa explora la posibilidad de que se haya tratado de un acto planeado, aunque informó que los indicios señalan que se trató de un caso tradicional de ladrones que acceden a los autos para tomar lo que encuentren a mano.
“En ambos casos sigue siendo lamentable, dada la naturaleza de los elementos (robados)”, se quejó ayer una fuente judicial al diario Le Parisien.
Por su parte, el coordinador del Centro de Estudios Estratégicos y de Seguridad de la Universidad de Chile, Guillermo Holzmann, dijo a este diario que “independientemente de que sean planos de partes específicas del edificio, su pérdida implica un nivel de riesgo que obliga a modificar los protocolos de ingreso y revisión de las medidas de seguridad para establecer posibles vulnerabilidades”.
Según el experto, el hecho de que este caso se relacione con nuevas instalaciones de fibra óptica en ductos y espacios habilitados para tales efectos “deja en evidencia las vulnerabilidades de los edificios, pues pueden ser aislados en términos de comunicación de voz, video y data”, indicó.
Baja seguridad
Un elemento que agrava aún más la situación, de acuerdo con la información, es que cualquiera puede tener acceso a los datos extraviados, pues éstos no fueron encriptados, y las USB que los contienen no cuentan con ningún mecanismo de seguridad.
La preocupación es mayor, según De Vengoechea, teniendo en cuenta que Francia ha tenido posiciones duras contra Gobiernos fundamentalistas como el de Irán, contra el que ha impulsado políticas de embargo en la Unión Europea.
“La verdad, lo ocurrido deja mucho que desear de los servicios de seguridad de Francia, país que ahora tendrá que emplear sus cuerpos de inteligencia en perseguir a los responsables de esta situación”, concluyó el analista.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6