River Plate descendió a la Segunda División del fútbol argentino al igualar este domingo con Belgrano (1-1) en el partido de vuelta de la Promoción disputado en el estadio Monumental ante unos 55.000 espectadores.
En el encuentro de ida, el miércoles pasado, el equipo cordobés se había impuesto por 2-0.
Mariano Pavone (m.5) abrió el marcador para River e igualó Guillermo Farré (m.62).
El árbitro Sergio Pezzota suspendió el encuentro 30 segundos antes de que se cumplieran los 90 minutos a causa de unos incidentes provocados en las tribunas por hinchas riverplatenses.
El equipo con más títulos del fútbol argentino y uno de los dos más populares del país, perdió la categoría por primera vez en 110 años de historia.
Más de 50.000 fanáticos velaron en vivo en su propio estadio Monumental a River, que necesitaba ganar por dos goles de diferencia para conservar la categoría.
El descenso es la peor humillación de River en una historia en la que embolsó 33 títulos nacionales, 10 más que el escolta y archienemigo Boca Juniors, además de dos Copas Libertadores y una Copa Intercontinental, equivalente ahora al Mundial de clubes.
Considerado uno de los clubes más prestigiosos del continente, el descenso de River es comparable a una caída semejante de Barcelona o Real Madrid en España, Manchester United en Inglaterra o Inter en Italia.
La historia del juego de vuelta
Miles de aficionados observaron los minutos finales del encuentro con lágrimas en los ojos, y unos 2.500 cordobeses se hicieron sentir desde una de las tribunas al celebrar la máxima hazaña de la que tenga memoria su equipo.
Los jugadores de River, desconsolados, tardaron varios minutos en reaccionar y fueron rodeados por un cordón policial para evitar agresiones por parte de los hinchas.
El voltaje del partido subió a tope desde el comienzo. A los dos minutos, y a la salida de un tiro libre, Belgrano marcó un gol que fue anulado por fuera de juego de dos futbolistas, y tres minutos más tarde Mariano Pavone, tras una media vuelta, abrió el marcador para River con un violento remate desde fuera del área.
Nada mejor podía haber ocurrido para los riverplatenses, que pagaban en 300 segundos de juego el cincuenta por ciento de su deuda tras perder en Córdoba por 2-0, pero el conjunto cordobés se mostró ordenado y respondón, sin complejos en un escenario que era un hervidero por la presión del público.
El árbitro Pezzotta no sancionó una falta de Lollo contra Caruso que debió ser sancionada con un penalti para el equipo local a los 25 minutos. De inmediato, las situaciones de peligro se repitieron frente a la meta de Belgrano.
A esas alturas, River mostraba la mejor cara de todo el semestre. Los cordobeses, que no podían controlar a Pavone y lo tenían por el suelo, respondían hasta donde era posible y pusieron en aprietos al portero Carrizo que tapó de manera providencial un remate de Maldonado.
Los nervios, la necesidad de remontar el resultado global lo más rápidamente posible, provocaron imprecisiones y conspiraron contra un River Plate ofensivo como nunca se le vio en la temporada.
En la segunda parte el conjunto de Buenos Aires salió decidido a profundizar la búsqueda del gol salvador, se desordenó en el bloqueo y en su línea de fondo y comenzó a mostrar algunas grietas que facilitaron las reacciones de Belgrano.
Y en un contraataque demoledor la formación cordobesa igualó a los 62 minutos con un gol marcado por Farré, el primero de su cosecha este año, con un remate imparable para Carrizo.
El bajón riverplatense se agravó a los 69, después de que el cordobés Tavio empujó a Caruso en el área y el portero Olave paró el penalti a Pavone, situación que desató el apoyo del público local al equipo con un griterío ensordecedor.
Belgrano, que tuvo como pilar al centrocampista uruguayo Ribaír Rodríguez, convertido en una pesadilla para el creativo Erik Lamela, multiplicó sus esfuerzos para defender su hazaña, el hecho histórico que quedará en la historia: subir a la categoría de honor al derrotar al conjunto más laureado del país y desplazarlo de la Primera División.
River no pudo, sus recursos fueron perdiendo fuerza minuto a minuto, y el final del partido se produjo en un marco de hondo dramatismo.
Cayó en un pozo tras conquistar su último título en 2008
El último título de River fue en el Clausura de 2008, después de lo cual entró en crisis y en caída libre.
Tras cuatro temporadas de sequía y de un marcado desequilibrio en sus finanzas, River fichó como entrenador a Diego Simeone y conquistó el título de campeón en una campaña que estuvo lejos de figurar entre las mejores de su rica historia.
De los jugadores de aquella plantilla destacaban el chileno Alexis Sánchez, el uruguayo Sebastián Abreu, el colombiano Radamel Falcao García y los locales Leonardo Ponzio, Ariel Ortega y Diego Buonanotte.
Los rasgos de debilidad e inconsistencia de aquel equipo quedaron expuestos en el torneo siguiente, el Apertura de ese año, en el que sumó 10 puntos en 14 partidos, cayó al último puesto de la clasificación y se quedó sin técnico a causa de la dimisión de Simeone, quien logró 20 triunfos en 45 encuentros locales e internacionales.
A Simeone le sucedieron cinco entrenadores más: Gabriel Rodríguez, Néstor Gorosito, Leonardo Astrada, Ángel Cappa y el actual, Juan José López, y solamente obtuvo 34 triunfos en 114 partidos.
Para evitar el descenso, River necesitaba ganar este domingo por dos goles de ventaja ante el Belgrano de Córdoba, cuando solamente había anotado esa cantidad dos veces durante el Clausura 2011, ante el descendido Huracán y Newell's Old Boys, penúltimo en la clasificación.
El equipo de López tuvo su última oportunidad tras ocho jornadas sin victorias, con cuatro empates e igual cantidad de derrotas. Y tampoco pudo ganar.