Durante décadas, los empleos básicos han sido la puerta de entrada al mundo laboral. Los trabajadores junior han asumido tradicionalmente las tareas más rutinarias como parte de un proceso de aprendizaje y crecimiento profesional. Sin embargo, con el avance de la inteligencia artificial (IA) y la automatización, estos roles están en riesgo.
Un reciente estudio del Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) advierte que la inteligencia artificial representa tanto uno de los mayores desafíos como una de las principales oportunidades para el mercado laboral actual.
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Según el informe El futuro del trabajo 2025, el 41% de los empleadores en el mundo prevé reducir su fuerza laboral en aquellas áreas donde la IA puede automatizar tareas, lo que refleja su creciente impacto en la reorganización del empleo.
Esta proyección se enmarca en un panorama más amplio, en el que la tecnología, y en particular la inteligencia artificial y el procesamiento de información, se posicionan como las fuerzas más disruptivas en el ámbito laboral. De acuerdo con el estudio, estas tendencias podrían generar 11 millones de nuevos empleos en los próximos años, pero al mismo tiempo desplazar a otros 9 millones.
¿Qué empleos están en riesgo?
Aunque se proyecta la creación de 170 millones de nuevos empleos durante esta década, el avance de la inteligencia artificial podría contrarrestar ese crecimiento al automatizar una cantidad similar de puestos, especialmente en oficinas y cargos de nivel inicial.
Según cálculos de Bloomberg, la IA podría asumir más del 50% de las tareas que hoy desempeñan, por ejemplo, analistas de investigación de mercado (53%) y representantes de ventas (67%), mientras que el impacto en cargos directivos sería mucho menor, con una automatización estimada del 9% y 21%, respectivamente.
Pero esto no solo amenaza con transformar funciones específicas, sino también con reconfigurar el acceso mismo al empleo. Ya sea al limitar las vías de entrada al mercado laboral o al facilitar el acceso a roles que antes requerían habilidades especializadas, las estimaciones del Foro Económico Mundial indican que la IA podría impactar cerca de 50 millones de empleos solo en Estados Unidos en los próximos años.
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A esto se suma el avance sostenido de otras tecnologías, como los robots y los sistemas autónomos. Si bien hoy se consideran menos disruptivos que la IA, han registrado un crecimiento constante del 5% al 7% anual desde 2020. Solo en 2023, la densidad media global de robots alcanzó las 162 unidades por cada 10.000 empleados, el doble de lo registrado hace siete años.
Los empleos con más oportunidades
A largo plazo, los analistas del WEF argumentan que la IA también podría empoderar a empleados menos especializados para realizar una mayor gama de tareas “expertas”, ampliando las posibles funciones de puestos como auxiliares de contabilidad, enfermeros y auxiliares de docencia.
Al mismo tiempo, la tecnología podría fortalecer las capacidades de profesionales altamente cualificados, como electricistas, médicos o ingenieros, al darles acceso a conocimientos avanzados y herramientas más precisas, lo que les permitiría enfrentar desafíos complejos con mayor rapidez y eficiencia.
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Es más probable que resultados como estos, que generan cambios genuinos en la cantidad o calidad de la producción, se produzcan si el desarrollo tecnológico se centra en mejorar las capacidades humanas en lugar de sustituirlas.
Sin embargo, para el organismo internacional, sin marcos adecuados para la toma de decisiones, estructuras de incentivos económicos y regulaciones gubernamentales, existe el riesgo de que el desarrollo tecnológico se centre en sustituir el trabajo humano, lo que podría aumentar la desigualdad y el desempleo.
“La IA generativa ha experimentado un rápido aumento tanto en la inversión como en la adopción en diversos sectores. Desde el lanzamiento de Chat GPT en noviembre de 2022, los flujos de inversión en IA se han multiplicado por casi ocho. Al aprovechar la tecnología de procesamiento del lenguaje natural, la IA permite a los usuarios interactuar con ella como si estuvieran conversando con una persona, lo que reduce considerablemente las barreras de uso y la necesidad de conocimientos técnicos especializados”, indicó el estudio.
Por su parte, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que la demanda de roles especializados en nuevas tecnologías ha aumentado notablemente, destacándose perfiles como especialistas en big data, ingenieros en fintech y expertos en IA y aprendizaje automático.
Entre los empleos con mayor proyección se destacan aquellos que son clave para el funcionamiento de muchas economías. Los trabajadores agrícolas encabezan la lista, impulsados por las tendencias de la transición verde. Completan el top cinco: repartidores de delivery, desarrolladores de software, trabajadores de la construcción y vendedores en tiendas minoristas.
¿Cómo está Colombia?
Colombia, al igual que otras economías en desarrollo, parte desde una posición de desventaja frente a potencias como Estados Unidos y China en materia de inversión y desarrollo en inteligencia artificial. Esto implica que el país deberá redoblar esfuerzos para acceder a tecnologías de vanguardia y lograr una adopción efectiva que le permita aprovechar plenamente los beneficios de la IA.
Por ejemplo, un informe de Fedesarrollo arroja que seis de cada 10 puestos de trabajo en Colombia estarían en riesgo de desaparecer por cuenta de la automatización.
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Ante este panorama, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha instado a los países a diseñar políticas que promuevan una “transición ordenada, justa y consultiva”, al considerar que el impacto socioeconómico de la inteligencia artificial dependerá en gran medida de cómo se gestione su implementación.
“La participación activa de los trabajadores, el acceso a formación y una protección social adecuada serán fundamentales para gestionar esta transición. De lo contrario, existe el riesgo de que solo unos pocos países y actores bien preparados se beneficien de la nueva tecnología”, advirtió la OIT.
La organización también recomienda, especialmente a los países de América Latina, adoptar enfoques colaborativos que permitan aprovechar el potencial de la IA mientras se reducen los riesgos asociados a su avance.