El caos que hoy vive el centro es el reflejo de la ciudad. Aunque algunos siguen convencidos de que Medellín es el eje Plaza Mayor-El Poblado, y lo engalanan para mostrarlo como el ejemplo de nuestra transformación, tenemos que poner los pies sobre la tierra, enfrentar la realidad y no seguir negándola.
En el centro se refleja la ciudad: caos vial y peatonal, inseguridad, microtráfico, prostitución, bandas delincuenciales que sectorizaron el centro para apoderárselo, proliferación de ventas informales que demuestran la realidad de un problema que se intenta disimular con cifras embusteras, extorsión en todas las dimensiones y a todo tipo de actividad comercial (la semana pasada el comandante de la Policía informó la captura en El Poblado de unos extorsionistas del centro que habían "exportado" el delito hacia ese sector).
Es claro que durante años y años ha sido insuficiente la labor gubernamental, hay que reconocer que no es solo un problema de hoy. Y no sé si el problema está en un punto de no retorno (confío que no) pero si las autoridades actuales y la próxima administración (elegimos nuevo alcalde el año entrante), no actúan de manera decidida, no creo que el maquillaje utilizado en los últimos eventos internacionales nos sostenga en el futuro.
Me parece que tenemos que matizar el adjetivo de ciudad innovadora y no hacer tanto alarde de ello. Porque mientras la propaganda oficial intenta mostrar a propios y extraños la ciudad que no es, la delincuencia organizada y amalgamada con algunos sujetos que trabajan con entidades oficiales (según viene denunciando Corpades) aprovecha tanta distracción para apoderarse del centro.
En su columna dominical Héctor Abad dice que "en Medellín están dejando que la mafia de la droga, la delincuencia, la prostitución, el juego y las universidades de garaje se tome el centro, y lo vuelva pedazos, con el único fin de comprarlo barato".
Y surge la pregunta: ¿"Quiénes" están dejando? Obviamente no son los ciudadanos, que terminan siendo las víctimas del caos y los atropellos. Y ¿por qué "están dejando"? La respuesta podría ir desde el miedo, la impotencia o, como dice Corpades, la complicidad.
Me parece que son claves las elecciones locales del próximo año. La gobernanza va más allá de la propaganda optimista que intenta devolver la fe en la ciudad y en sus habitantes. Ojalá no se siga cacareando con lo de la ciudad más innovadora mientras el centro esté en esas condiciones; que sean más bien los resultados del trabajo los que lo demuestren. Aun no quiero aceptar que es imposible rescatar el centro.
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