A veces olvidamos que los futbolistas son de carne y hueso y, simplemente, los juzgamos por lo que muestran en el campo de juego.
En los cuadrangulares semifinales, Sebastián Hernández mejoró su nivel con el Medellín. Recuperó pinceladas del fútbol que le valieron ser tenido en cuenta por Bolillo Gómez en este proceso. Y es que en la fase de todos contra todos, el volante fue duramente criticado: que le quedó grande la camiseta, que es jugador de equipo chico y que no lo deberían poner más, decían.
Mientras tanto, él luchaba con una enfermedad que era la culpable de que no se mostrara en plenitud de condiciones. Pero prefirió guardar silencio, asumir todas las críticas y no escudarse en esa situación. Hoy que ya está superando esos problemas de salud, el creativo rojo habló del tema. "Me descubrieron una bacteria que me hizo bajar siete kilos. No me sentía bien en la cancha ni con la misma energía".
Cuenta que tras ese diagnóstico, inició un tratamiento para recuperarse.
"Empecé a retomar mi peso y a sentirme mejor. Ahí es cuando el profe decide darme continuidad", dijo.
Ahora, lleva 10 partidos seguidos como inicialista, de los cuáles Medellín sólo perdió uno. Y se prepara para enfrentar mañana a Millonarios, uno de sus exequipos. "Son 90 minutos que nos pueden llevar a la gloria y es una ilusión que no nos la quita nadie" n
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