Mercar es un arte. Eso lo saben muy bien las amas de casa, que todos los días ponen en práctica el rito de asomarse a la nevera o a la alacena, hacer un atento y rápido escaneo de necesidades, ir al supermercado y comprar, una y otra vez, los víveres que faltan, más o menos de la misma manera, fijándose muy bien en las pequeñas o grandes variaciones de precios.
Pero con el paso de los meses, los años y las décadas, el rito de ir a mercar se va volviendo más complejo. El costo empieza a importar, sobre todo cuando en la familia ya no son sólo los dos. Así que los jabones se compran en un sitio distinto, para periodos de tiempo más largos y por volumen, lo mismo que el arroz, el aceite o las legumbres.
Ni hablar de las productos de primera necesidad, que se rebuscan donde sea más favorable para la economía del hogar, porque como dice Adela González, habitante del barrio Santa María, en Itagüí, la carestía le está rompiendo el bolsillo a ella y a su esposo, que cada ocho días le da la plata para mercar.
La mujer, de 69 años, ya tiene detectado donde es más económico. Que las legumbres y las frutas es mejor comprarlas donde 'El Mono', su tendero de la esquina porque siempre están frescas y no abusa con los precios.
Otros productos como aceite, arroz, panela y víveres similares sí los compra en el supermercado. Y ella, como tantas amas de casa, tiene un sitio preferido, después de ir de un lado a otro buscando el mejor precio. Surtimax, el supermercado que abrieron hace poco más de un año cerca al parque de Itagüí, es su preferido "porque todo es más barato y siempre hay promociones".
Comparando precios
Ir al supermercado con hambre no es una buena estrategia, ya que si siente que sería capaz de comerse un buey entero, es probable que lo compre si se lo ofrecen.
Lo que dicen los expertos es que la mejor idea es ir a mercar después de alguna comida para no cegar el sentido común. Y eso lo comprueba Rocío Londoño, habitante del barrio La Doctora, en Sabaneta. Acuciosa como cada 10 o 12 días, la mujer está en uno de los pasillos del supermercado Merquepaisa.
"Yo me vine desayunada porque uno con hambre se compra todo", asegura esta ama de casa de 39 años, que la clave para que la economía familiar rinda más está en comparar precios en varios supermercados cercanos.
Este diario hizo esa tarea. Luego de un intenso recorrido por siete supermercados de Medellín y el Valle de Aburrá, comparando precios de varios productos de la canasta familiar, encontramos que es bueno hacer un tanteo por las grandes y medianas superficies para escoger el mejor precio o el que se acomode a su bolsillo.
Éxito, Carrefour, Carulla, Surtimax, Euro, Consumo, De 1 y Merquepaisa fueron los escogidos para evaluar y comparar en la lista que está anexa, sin tener en cuenta las marcas. Y aunque la canasta familiar tiene más productos básicos, la lista incluye algunos de los más necesarios, como un kilo de arroz, una canasta de huevos de 30 unidades, un kilo de fríjol, un par de panela y un kilo de azúcar. También incluimos otros víveres que tienen precios diversos, desde el más barato hasta el más caro, como un consumidor más, para que antes de irse de compras, mire bien dónde puede encontrar mejores ofertas.
Margarita Cano, ama de casa que vive en La Frontera, y propietaria de un almacén en El Hueco, aconseja "no casarse con un supermercado" y escoger dos o tres, e irlos rotando para buscar economía.
Con la sapiencia de los años, la mujer dice que lo principal es conocer las costumbres de la casa: tener claro qué se come, qué se usa, qué se utiliza y qué no, para que el presupuesto del mercado se atenga a la realidad y pueda ser invertido de una manera óptima. Con estas claves de las conocedoras, asuma el reto, tenga su lista a la mano, váyase de compras y haga rendir su presupuesto.
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