No estamos en desacuerdo a que se le pague bien a una persona, ni menos si ésta representa los intereses de los ciudadanos.
En el caso del gerente de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, Diego Bravo, esa premisa es discutible, dada la caótica situación en la que se encuentra la Capital del país por cuenta de la improvisación en el servicio de aseo. Bravo reconoció que fue beneficiado con un aumento salarial del 50 por ciento, en momentos de una aguda controversia por la forma en que se están manejando los contratos de la EAAB.
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