Paradoja es que los colombianos vivan tan preocupados por verse más delgados pero no hagan nada al respecto. El 51 por ciento de los habitantes del país está por encima de su peso ideal. Casi todos ellos quisieran que la báscula marcara una cifra inferior, pero su comportamiento cotidiano no se compadece con ese propósito: acá se come mucho y el sedentarismo es generalizado.
Tal vez por eso, la búsqueda de una figura ideal ya no se asocia al rigor de una dieta o la disciplina del ejercicio. La gente quiere perder peso por la vía fácil y rápida.
Esta semana se anunció, con el calificativo de “prometedora”, la investigación en torno al desarrollo de una vacuna contra la obesidad. Se trata de una inyección que actúa sobre el sistema inmune. De acuerdo con el estudio publicado en Journal of Animal Science and Biotechnology, “el fármaco inhibe la hormona que incrementa el metabolismo y el aumento de peso”.
El endocrinólogo Martín Vásquez pide que este tipo de informaciones se atiendan con beneficio de inventario y explica el efecto de esta inmunización.
“Lo que se quiere es que la vacuna actúe sobre la zona donde se genera esa hormona del crecimiento y se busca que no crezcan los tejidos grasos. Pero hay que tener en cuenta que la hormona del crecimiento y la somatostatina son importantes para otras funciones del organismo y suprimirla puede conllevar complicaciones serias para la salud. Ese es el riesgo cuando se hacen ese tipo de anuncios”.
Operan barrigas, no cerebros
Lo dicen los expertos: para perder peso no hay un camino fácil ni la respuesta está solo en el quirófano, como se piensa. El problema está en que la falta de tiempo o la resistencia a hacer esfuerzos adicionales a los de la vida diaria, van en contra de los buenos propósitos.
“Cuando un alcohólico consume alcohol libera dopamina en el cerebro, lo mismo pasa cuando una persona come alimentos altos en grasas y azúcares. El cerebro empieza a generar un fenómeno de recompensas y cada vez que se siente aburrido, deprimido o ansioso busca la comida para satisfacerse”, dice Vásquez.
“Operamos barrigas y no cerebros”, agrega este especialista, que conoce casos de pacientes que pierden 50 kilos luego de una cirugía bariátrica, pero luego ganan 60. “La obesidad se combate con una estrategia, llámese dieta, cirugía o vacuna, lo que pasa es que la estrategia se tiene que mantener y la persona debe cuidarla durante toda la vida. Se trata de cambiar y conservar unos hábitos de vida”.
Para el endocrinólogo, en Antioquia la gente quiere una respuesta rápida, que no implique esfuerzos.
No hay camino fácil
El médico Juan Carlos Góngora, especialista en cirugía bariátrica y laparoscópica, no cree que la gente está buscando alternativas fáciles para perder peso y advierte que métodos quirúrgicos, como los que él practica, suponen un esfuerzo por parte del paciente y tiempo para ajustarse a una nueva realidad. “Cuando se trata de perder más de 10 o 15 kilos, las opciones de métodos no quirúrgicos tienen una eficacia menor del 5 por ciento y son muy costosos.
La cirugía bariátrica es el método más efectivo conocido hasta el momento, pero no es rápido ni fácil. Tomar la decisión de operarse no es sencillo, el peso se pierde en un periodo de seis a 18 meses, de acuerdo con el sobrepeso del paciente, pero hay que ser muy disciplinado con las consultas con el cirujano, el nutricionista y el psicólogo, se deben tomar vitaminas mínimo por 5 años, se deben hacer exámenes de control periódicamente, se debe llevar un hábito de alimentación saludable y hacer ejercicio rutinariamente”.
El balance energético es otro de los aspectos que se miran con desdén por quienes buscan pérdida de peso. Esto es hacer ejercicio. Martín Vásquez explica que la quema de energías es totalmente necesaria para mantener un nivel. “Hoy en día no quemamos ni el 10 por ciento de la energía que se quemaba hace 40 años en las actividades de un día normal, por esa vía, estamos condenados a engordarnos. La gente hace más fácil una dieta que ejercicio. Prueba está en que solo el 2 por ciento de las personas que están en tratamiento de pérdida de peso en mi consultorio accede a los servicios complementarios que se regalan para hacer ejercicio”.
Juan Carlos Góngora advierte, además, que la vida moderna nos obliga a incorporar desde la niñez los hábitos saludables. “Se deben ofrecer alimentos saludables en la casa y en los colegios, debemos crear más facilidades para hacer ejercicio como escenarios deportivos, parques y sitios seguros y cercanos a las casas. Definitivamente el manejo ideal es la prevención en nuestros niños y jóvenes, porque a nuestra gente obesa es casi imposible bajarla de peso sin un método quirúrgico”.
La salud pública en amenaza
La médica nutrióloga Patricia Restrepo invita a que se haga un abordaje de este tema desde una perspectiva más amplia, la de la salud pública y que se le ponga fin a la actitud facilista que se ha fomentado para combatir el sobrepeso.
La última Encuesta Nacional de la Situación Nutricional en Colombia (Ensin), reveló que en 2010 se había logrado una reducción en la desnutrición de 17 por ciento, una buena noticia, sin embargo, es desalentador el hecho de que entre el 2005 y el 2010 aumentó a 25,9 por ciento el número de colombianos con diagnóstico de sobrepeso.
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