Arrastrando un 10 por ciento de desempleo y un 14 por ciento de inflación, el Presidente de Estados Unidos había logrado transformar la imagen de su rival en la carrera electoral y tenía asegurada la ventaja en las encuestas, hasta que el desempeño en un debate televisado lo cambió todo.
Esta escena, que puede sonar familiar y hasta reciente, pertenece a la carrera electoral de 1980 entre el entonces presidente Jimmy Carter y el aspirante Ronald Reagan , antes de que los votantes se dieran cuenta de que éste último no era el "monstruo" que describían los spots publicitarios y le entregaran el triunfo en las urnas once días después.
Situaciones como esa son conocidas en E.U. como "sorpresa de octubre", expresión que se refiere a eventos inesperados que cambian los resultados a pocos días de las elecciones.
"La ‘sorpresa de octubre’ puede ser cualquier cosa, no puede predecirse"- afirma el profesor de la American University of Washington, Emilio Viano , y puntualiza -una crisis con Corea del Norte, un ataque terrorista contra los Estados Unidos, un conflicto entre Irán e Israel o un escándalo que afecte a un candidato".
Todo depende del momento, la naturaleza del hecho, el desarrollo de las campañas, el manejo mediático de la contienda y, literalmente, la dirección del viento electoral.
Golpes de suerte
Los expertos candidatizan sus propios eventos de relevancia. Para Viano la sorpresa fue el primer debate, que en su opinión dio nuevo oxígeno a la campaña del republicano Mitt Romney . Sin esa victoria Romney no habría tenido una verdadera posibilidad de ganar", acota.
Pero el analista político y asesor de la campaña republicana Juan Hernández considera que el apoyo brindado por el presidente y candidato demócrata, Barack Obama , a que se promoviera el uso de anticonceptivos en hospitales y escuelas católicas, fue un hecho que le restó votos, lo que se sumó a otras posturas que le retiraron el favor de los evangélicos.
"El grupo religioso más grande en crecimiento en E.U. son los hispanos evangélicos y, por promover el aborto y los derechos de los gays, Obama podría perder unos 100.000 votos de este colectivo, y son tan pocos los votos que decidirán esta elección que esto podría cambiarlas", señala Hernández.
El escenario actual indica un empate técnico y una tasa de desempleo del 7,8 por ciento, cifras muy apretadas que no permiten a Obama cantar victoria.
"La moneda está en el aire y, a diferencia de pasadas elecciones, sabemos por quién van a votar las personas pero no si saldrán a votar", dijo Hernández.
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