En Colombia el segmento de los vehículos tipo crossover se ha convertido en una de las opciones más interesantes entre los compradores de vehículos.
Su atractivo radica, de manera especial, en la combinación que ofrecen entre tener en el garaje un carro que ofrezca todas las condiciones de comodidad que tiene un automóvil turismo, con el diseño, algunas de las medidas, el aspecto y versatilidad para rodar en diferentes condiciones que puede tener un utilitario deportivo.
Y si, además, este vehículo incorpora en su oferta técnica, la posibilidad de contar con una transmisión 4x4 permanente, mejor distribución de sus pesos y un centro de gravedad más bajo que lo haga más estable, pues mejor aún.
Y esa es la nueva propuesta que la marca japonesa Subaru ha presentado en Colombia a través de su modelo XV. La marca, a diferencia de gran parte de sus colegas y competidores en el mercado, apuesta aún por tener carros con el año modelo acorde con el año calendario. Nada de tener el modelo 2013 cuando apenas está mediando el 2012, que en realidad no tiene, en algunos casos, diferencias con modelos precedentes y se vincula más a una estrategia comercial. Esta XV corresponde al modelo 2012.
Deportivo urbano
En su diseño el carro presenta una línea un poco más arriesgada que su modelo antecedente. El punto de foco inicial se concentra en sus llantas de 17 pulgadas con rin en aluminio y coloración bitono, con el negro como protagonista, que le confiere fuerza visual a un conjunto de trazos angulosos, con sus luces delanteras tipo ojo de halcón, y una estructura de mayor distancia entre el asfalto y el piso del vehículo.
Y aunque el conjunto de elementos ensanchadores en los pasos de rueda o los estribos laterales del auto son un poco menos voluminosos que en el modelo anterior, no desentonan en absoluto con la apariencia mucho más atlética que los diseñadores de Subaru le quisieron dar a esta nueva versión del carro.
Elementos como la reubicación de los twitters del sistema de sonido, que en el modelo anterior estaban en la esquina inferior del marco de las ventanas delanteras, y que ahora aparecen en los extremos del millaré, le facilitan una mayor visibilidad al conductor.
Una sensación de mejor control que se complementa con el diseño de su panorámico adelantado y el buen tamaño de los espejos retrovisores externos. Conjunto con el que los puntos ciegos del automotor se llevan al mínimo posible.
Al ingresar a su habitáculo, el conductor encuentra una silla que lo recibe de manera muy cómoda en sus espacios de rodillas y hombros, aunque con un poco menos de agarre del que se podría esperar lo que hace que, en algunas maniobras, el cuerpo se deslice en su posición.
Atrás, con una distancia entre ejes mejorada, los dos o tres ocupantes, aunque mejor si son dos, encuentran amplitud para piernas y rodillas y una altura del techo sobre la cabeza, adecuada, aunque no holgada.
Una de las mejoras en su diseño tiene que ver con la utilización de los materiales internos. Aunque aún el plástico tiene una presencia, su textura y acabado es mejor lograda y da una sensación de mayor elegancia en el conjunto interno.
Corazón guerrero
En Colombia, la nueva XV se puede encontrar con una motorización de 2 mil centímetros cúbicos que entrega 150 caballos de potencia. Esto empaquetado en diseño de propulsor que forma parte de la "huella genética" de la marca, el motor boxer de cuatro cilindros opuestos.
Con un recorrido más largo de lo habitual de la llave en el sistema de encendido, se da inició al trabajo del motor. Un torque que llega desde regímenes bajos de la máquina permite que este vehículo tenga un despegue contundente y sólido. Su aceleración toma cuerpo con un rodar alegre y en el indicador del tacómetro las revoluciones se consumen rápido para obligar el cambio de marcha, con un buen nivel de recuperaciones, ya que la caída entre un cambio y otro no supera 1.500 vueltas del motor.
Contrario a su versión mecánica anterior, esta aumenta una relación en su caja de cambios para llegar a seis velocidades. Además, omite el sistema de bajo que en la versión anterior suplía esa sexta marcha o cambio.
Como es característico en los modelos de la marca, cuando se transita por rutas con alta presencia de curvas, el carro saca a relucir una de sus mejores cualidades: su agarre sobre el piso.
Su motor en línea de cilindros opuestos permite que este se instale en una posición mucho más baja que en un motor de diseño tradicional.
Así el centro de gravedad es aún más bajo y la estabilidad se convierte en uno de los mejores atributos.
El vehículo dibuja las curvas del camino con pocas correcciones desde el volante, con una dirección que responde rápido y de manera precisa, el balanceo de la cabina es poco en aras de la comodidad de sus ocupantes.
La apuesta de Subaru sigue en la senda de los carros potentes, dinámicos y con alto nivel de seguridad. Una competencia muy interesante.
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