Cuando los papás mandan a los niños a apagar el televisor, no solo están ahorrando energía o procurando más horas de sueño para los hijos, pueden estar reduciendo el riesgo cardiaco de sus pequeños.
Así lo señala una nueva investigación que encontró que más de cuatro horas diarias frente al televisor aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares e incluso el de morir.
Tanto así que reducir la cantidad de horas frente a la pantalla también debería ser una actitud de vida y una decisión para alargar la existencia... y de paso escapar del zapping y la telebasura.
Según los investigadores australianos encargados de revelar las nuevas cifras, las probabilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares en los que pasan más de 240 minutos al día ante la pantalla de televisión son un 80 por ciento superior a la de quienes no lo hacen y las de morir ascienden un 46 por ciento.
En concreto, cada hora delante de un televisor representa un 11 por ciento más de riesgo de muerte, de acuerdo con la investigación realizada en 8.800 personas y que se publica en Circulation: Journal of the American Heart Association.
El científico David Dunstan, del Baker IDI Heart and Diabetes Institute, en la sureña ciudad australiana de Melbourne, señaló que el problema proviene de la falta de movilidad que impide que el organismo procese de manera adecuada azúcares y grasas.
No importa que se hagan ejercicios diarios, el daño viene del tiempo prolongado que uno se pasa sentado ante una pantalla, según Dunstan.
Las 8.800 personas estudiadas, de entre 25 y 50 años de edad y que se unieron al proyecto entre 1999 y 2000, realizaban entre media hora y una hora de ejercicios diarios y, sin embargo, 284 murieron en seis años.
Dunstan indicó que se centraron particularmente en los casos de gente que vive pegado a la televisión, pero las conclusiones son aplicables a cualquier otra actividad sedentaria, como quienes se pasan el día con videojuegos o quienes deben permanecer durante largas jornadas sentados frente a los computadores.
El científico recordó que "el cuerpo humano está diseñado para moverse", no para pasarse la vida en una silla.
Mejor si se mueve
Si usted es de los que tiene que estar todo el día sentado frente al computador, pues es momento de que le vaya haciendo espacio a la actividad física.
Y no precisamente de gimnasios y largas jornadas de ejercicios, sino en evitar quedarse anclado al escritorio. Lo primero es reducir el tiempo que se queda simplemente sentado. ¿Cómo? Pues una sugerencia es olvidarse de las nuevas (y viejas) tecnologías y volver al contacto personal en la oficina.
Camine hasta el compañero para hablar con él, en lugar de enviarle un correo electrónico o llamarlo por teléfono, por ejemplo.
También están las pausas activas, para que estire el cuerpo.
Puede, además, caminar a la cafetera que esté más lejana a usted y no a la del mismo piso. Esos minutos y segundos de actividad van sumando a su favor y restando el tiempo que pasamos inactivos redactando informes o respondiendo correspondencia.
Siempre que pueda deje el puesto y camine un poco por la oficina y si no es indispensable, muévase por sus propios medios y no en carro o taxi.
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