Es tal el auge de las motos en el país que ya las compran hasta quienes no las van a manejar. Es el caso de Óscar Orlando Giraldo, dueño de un taller de artes gráficas, quien finiquitó el negocio el lunes pasado en uno de los 10 almacenes de motos que se cuentan en la Avenida 33, de esta ciudad.
El más feliz era su empleado Jhonson Alexánder Parias. A sus 23 años estrenará una moto que de contado vale solo 2,3 millones de pesos, que su jefe le comprará de un 'tarjetazo' y él después le pagará en cuotas módicas de 28.000 pesos semanales, un poco más de lo que se gasta hoy en pasajes de bus.
"Eso le va a facilitar mucho la vida para transportarse, ahorrar tiempo y también nos va a poder ayudar con las vuelticas que siempre hay que hacer en la empresa", comenta Giraldo.
Hay otros que no necesitan ni de la voluntad del jefe, pues ahora ofrecen financiación a empleados que se ganen desde los 535.600 pesos de un salario mínimo, con el requisito de llevar más de seis meses. Los trabajadores independientes, con acreditar ingresos por más de un millón de pesos, ya pueden acceder a financiación.
Incluso, la moto nacional más económica que se vende a 1,9 millones de pesos, se puede pagar hasta en 48 cuotas de 97.000 pesos mensuales, que no es mucho más que el subsidio de transporte vigente de 63.600 pesos.
Además bancos, cooperativas, fondo de empleados y compañías de financiamiento ofrecen opciones de crédito con tasas de interés que oscilan entre el 1,7 y 2,2 por ciento mensual. "La gente que no quiere meterse en créditos formales no se queda sin su moto: está el que vende la usada, saca unos ahorritos y se apoya en préstamos de natilleras o familiares y aquí llega con la plata", explica Rodrigo Echavarría, gerente de la distribuidora Dismerca en Medellín, que ya vende 550 motos al mes, cuando el promedio el año pasado era de 460 motos.
Más motos en estratos populares
En esas condiciones, las proyecciones de la Cámara de la Industria Automotriz de la Andi, de que este año se venderán 400 mil motos en el país, se quedarán cortas frente a una demanda que sigue en aumento sobre todo en estratos populares y, ya de lejos, por encima de la venta de carros, estimada en 313.000 unidades para 2011.
Para tener una idea del crecimiento exponencial de las motos en el país, el Comité de Ensambladoras de Motos Japonesas (Auteco, Fanalca-Honda, Incolmotos-Yamaha y Suzuki) evidencian que en 2005 había en Colombia una moto por cada 27 habitantes.
Esa proporción bajó en mayo pasado a una moto por cada 21 habitantes, pues 2 millones 179.272 motos tienen seguro obligatorio de accidentes de tránsito (Soat), según la Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda), lo que corresponde al 40,3 por ciento de las pólizas Soat expedidas.
En Antioquia se vende el 15%
Para 2011, cifras de Fenalco indican que las ventas nacionales de motos aumentaron 20,29 por ciento entre enero y abril, respecto a igual período de 2010.
"Este comportamiento tiende a aumentar en el segundo semestre, y el año puede cerrar con un crecimiento del 25 por ciento y ventas por más de dos billones de pesos, de lo cual cerca de un 15 por ciento corresponde al mercado regional", agrega Sergio Ignacio Soto, director de Fenalco Antioquia.
Esos pronósticos también se justifican por la creciente demanda de los segmentos populares. Mientras en 1990 el precio de una moto de 100 centímetros cúbicos representaba 20 salarios mínimos, en 2011 solo cuesta de cuatro a cinco salarios y las motos más vendidas en esa categoría tiene un precio promedio de 3 millones de pesos, explica Juliana Cadavid, vocera de Auteco, ensambladora nacional que acumula un crecimiento del 35 por ciento en ventas en este año.
Otra razón para que el mercado de motos no pare de crecer es que cada vez se convierte más en una herramienta de trabajo y no solo para que una persona que gane un salario mínimo ahorre cerca de 200.000 pesos en transporte y alrededor de 20 horas al mes en desplazamientos. En 2010, el 21 por ciento de quienes adquirieron una moto, lo hicieron con fin de aumentar sus ingresos, señala un estudio sociodemográfico del Comité de Motos Japonesas.
¿Falta más motorización? A juicio del presidente de Incolmotos-Yamaha, José Luis Arango Cañas, si nos miramos frente a países como Vietnam, donde hay una moto por cada cinco habitantes, queda mucho por hacer, pero el ejecutivo considera "que lo importante no es si hay suficientes motos, sino la suficiente cultura de movilidad segura y positiva para que podamos compartir de forma segura un espacio de todos, es decir, la vía".
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