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Una gorda con cero complejos

08 de septiembre de 2009
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Si no hubiera sido por su ex jefa, quien la inscribió al casting y le rogó varias semanas para que se presentara, Constanza Hernández no sería la gordita famosa que hoy triunfa en el teatro.

Ella es la protagonista de Gorda , la comedia del Teatro Nacional, dirigida por el uruguayo Mario Morgan, que mañana llega a Medellín en su primera gira nacional.

Un montaje de "mucho peso", como bien apuntan los organizadores, que en Bogotá acaba de estar en temporada durante cinco meses, con 100 funciones y más de 62 mil espectadores.

Llega entonces la invitación para reír en el Teatro Pablo Tobón Uribe, de jueves a sábado, con cuatro funciones para gozar y aprender de una gorda sin complejos, coqueta y desinhibida.

Tres cualidades que Constanza siempre ha tenido, incluso desde antes de volverse famosa con una oportunidad actoral que nunca esperó. Ella era la gordita bacana que organizaba los bailes en el colegio, pero ser artista no estaba entre sus planes. Sus sueños estaban en la Administración de Empresas.

Así las cosas, esta bogotana soltera de 22 años y 100 kilos de peso llevaba una vida normal como analista de nómina en un almacén de cadena, hasta el día que su jefa la inscribió en la convocatoria del Teatro Nacional.

Constanza cumplía con todos los requisitos: más de 30 kilos de sobrepeso, cara bonita, segura de sí misma y actitud arrolladora. Vendrían las pruebas en ropa interior, traje de baño, poses con el balón y ensayo de libretos, y todas las pasó. El director Mario Morgan la escogió y comenzó la preparación.

"De día seguía siendo Constanza la anónima y de noche era Helena, el personaje, hasta que empezó la gira nacional y me tocó renunciar al trabajo", comenta Constanza, quien disfruta plenamente de cada función de hora y media donde se burla de sí misma y propone una reflexión básica: "la no discriminación a sí mismo para no generar una discriminación hacia los demás".

"Tenemos que querernos y valorarnos. Definitivamente la presión social lo incita a uno tomar decisiones solamente por el qué dirán", apunta Constanza, quien definitivamente es ejemplo que se resume con una frase: "Me encanta mi cuerpo".

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