El columnista Daniel Coronell, como de costumbre, disparó una revelación fulminante que dejó los pelos de punta de todos sus lectores y la piel de gallina en las personas que su escrito apunta. Según el expediente que cita de la Fiscalía, militares de la Brigada 13 del Ejército de Bogotá estuvieron involucrados en el homicidio de Jaime Garzón. Escalofriante.
Desde 1998 el departamento de inteligencia B-2 de la Brigada XIII del Ejército venía siguiendo todos los movimientos de Jaime Garzón. Ese mismo grupo interceptaba sus comunicaciones, de manera ilegal, con el propósito de corroborar la hipótesis que Garzón era un miembro de la guerrilla de las Farc o del ELN.
Como nunca se encontró evidencia alguna de esa errada suposición, ese mismo grupo siguió vigilando sus movimientos y sus llamadas telefónicas para poder cocinar un expediente artificial en su contra.
De esa manera plantaron evidencia falsa que indicaba que Garzón se lucraba económicamente de intermediaciones que hacía para liberar a secuestrados. Ese grupo del Ejército estaba dirigido en ese momento por el coronel (r) Jorge Eliécer Plazas Acevedo, prófugo de la justicia desde 2003 cuando escapó de la Escuela de Artillería, donde pagaba una pena de 40 años por secuestro y homicidio.
Plazas Acevedo fue además la mano derecha del exgeneral Rito Alejo del Río, hoy condenado por asesinato y conformación de grupos paramilitares, durante el paso de ambos por la Brigada XVII del Ejército colombiano en el Urabá, cuando Álvaro Uribe Vélez era Gobernador del Departamento de Antioquia.
Según la información de la Fiscalía, el expediente que se armó en contra de Garzón fue entregado por orden de Plazas Acevedo a los líderes paramilitares a quienes conoció en el Urabá, con otros detalles importantes para su asesinato, como sus movimientos diarios, sus contactos y sus rutas de desplazamiento.
Según la investigación de Coronell, la carpeta le fue entregada al jefe paramilitar Carlos Castaño por José Miguel Narváez, quien en ese momento era un profesor de la Escuela Superior de Guerra, hombre de confianza de los militares como Plazas y, evidentemente, también de los paramilitares. Narváez era también de confianza de alguien más.
Después de reunirse con Narváez, revisar la carpeta y escuchar sus recomendaciones, Castaño llamó a alias "Don Berna", para que sicarios de la banda La Terraza, se encargaran de ejecutar la sentencia.
Tiempo después, Narváez se convirtió en asesor del Ministerio de Defensa y después de ser despedido de ahí por un escándalo de chuzadas, pasó a ser subdirector del DAS, bajo la dirección de Jorge Noguera Cotes.
Testimonios entregados por paramilitares han revelado que Narváez, cuando fue alto funcionario del Estado, siguió siendo un aliado de la organización ilegal, señalando a las personas que según él debían ser perseguidas y asesinadas.
¿Quién llevó a Narváez al DAS? Jorge Noguera ha respondido que el nombramiento del polémico personaje como subdirector del organismo fue por orden directa del entonces presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez.
Aunque estos elementos no demuestran que exista una relación entre el expresidente Uribe y el asesinato de Garzón, lo que sí revelan, nuevamente, es el errado criterio de Uribe al rodearse de macabras personas, como Plazas y Narváez, que fueron claves en el lamentable homicidio de Garzón.
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