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Uribe Uribe, cien años de un magnicidio que no se esclareció

El padre Leonardo Ramírez, único hijo del secretario privado del general, habló de este hecho.

14 de octubre de 2014
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Hace cien años dos hombres espectrales del barrio Las Cruces de Bogotá le pegaron siete hachazos en la cabeza al prócer de Valparaíso, Antioquia, al general de los ejércitos liberales de la guerra de los Mil Días, al radical que creía en el socialismo de Estado o en la social democracia, Rafael Uribe Uribe.

A la 1 y 30 de la tarde, en el costado oriental del Capitolio Nacional, quedó tendido, herido de muerte. Quienes pasaron por la Séptima, a esa hora, recogieron con pañuelos blancos su sangre. Horas después, a los 55 años, en medio de la romería que se metió a su casa de La Candelaria, murió el general Uribe.

Cosas de la historia que el destino final de este hombre rebelde, que abrazó la paz después de vivir en tropelía, entre bayonetas y a la fuga, terminara atacado por la espalda por dos hombres llenos de chicha en el estómago.

Para la posteridad quedó como el primer magnicidio del siglo XX, sin esclarecerse el por qué y quiénes lo planearon. Luego vendrían los de Jorge Eliécer Gaitán, Guadalupe Salcedo, Rodrigo Lara Bonilla, Guillermo Cano, Luis Carlos Galán Sarmiento, Jaime Pardo Leal, Carlos Pizarro y Álvaro Gómez Hurtado, entre otros.

En el barrio Chapinero, cerca de la iglesia de Lourdes, retirado ya de la demanda que traen los días, el sacerdote jesuita Leonardo Ramírez Uribe recuerda las historias que su padre le contaba sobre el General.

Noel Ramírez Moreno, quien fue su secretario privado hasta ese 15 de octubre de 1914, guardó con celo la mascarilla que le hicieron al General en su lecho de muerte, sus libros, decenas de cartas y plumas. Todo eso que quedó en manos de su único hijo, el padre Leonardo, que a sus 84 años de edad decidió donar lo último que custodiaba con celo de Rafael Uribe Uribe: su diccionario, una carta, una pluma y su billetera.

A propósito de la conmemoración de la muerte del "egregio" del liberalismo, El Colombiano entrevistó al padre Leonardo en su retiro.

¿Cómo llegó su padre a conocer al general Rafael Uribe Uribe?
"Ellos se conocieron en Manizales, porque mi abuelo paterno anduvo mucho. En el siglo antepasado la gente vivía muy arruinada con todas las guerras civiles y eso lo había vivido y andaba buscándose la vida. Creo que allá fue donde se conocieron el General y mi padre. Como si se hubieran conocido toda la vida, con la diferencia de edad. Mi padre tenía 22 años cuando mataron al General".

¿Y cómo llegó su padre a ser el secretario privado de Rafael Uribe Uribe?
"Como le digo, ellos se simpatizaron mucho. Mi padre lo admiraba mucho. Se acercó a tratarlo, y el General también simpatizó con mi padre y vio que era una persona de su confianza".

¿Y qué le tocaba hacer a su padre?
"Las cosas privadas, las de siempre. Conversar y tomar nota sobre los encargos que él le hacía. Cosas que le confiaba de cuidado. Mi padre en eso le respondió con toda sinceridad. Doña Tulia Uribe de Hueta, la hija mayor del General, fue con su esposo padrinos del matrimonio de mis padres. Ella me contó un día que el general Uribe les había dicho que él no había tenido ningún amigo que no le haya hecho alguna cosa fea, excepto Noel. "Yo de él no tengo la menor queja, todo lo contrario, lo estimo cada día más", decía el general Uribe".

¿Según su padre, cómo era el general Uribe Uribe?
"Mi padre murió hace 50 años y poco antes de cumplirse los 50 años de la muerte del General él hizo un relato muy extenso de su asesinato que fue publicado en El Espectador, el 15 de octubre del año 1964. Es un relato pormenorizado de cómo fue la muerte del General. También publicaron una carta que el General le envió a mi padre".

¿Y qué decía ese relato?
"Ahí en el relato dice que él estaba en la oficina del General, en el Capitolio, que era precisamente ahí en frente donde lo mataron con unas hachuelas. Galarza y Carvajal iban armados y así lo mataron. Alguien entró a la oficina y ahí estaba mi padre. Le dijeron: "mataron al General Uribe y está agonizando en el piso, en la carrera Séptima". El salió volado a recogerlo como pudo. El General vivía a dos cuadras de donde lo mataron. En la esquina de la carrera Quinta. Mi tío me contó que él estaba en un salón de clase, en frente donde mataron al General, y vio que la gente se acercaba y con pañuelos recogía la sangre. En la mascarilla está la señal de uno de los hachazos y el pómulo hinchado. El general Uribe hubiera llegado sin duda a la Presidencia de Colombia. Todo el mundo decía que el general Uribe era el colombiano más importante que había en ese momento".

¿Y qué pasó con los asesinos del general Uribe Uribe?
"Se supo que a ambos los condenaron a la pena máxima de entonces que eran 25 años. A ambos los tuvieron en el Panóptico de Bogotá, lo que hoy es el Museo Nacional. En vista de que los interrogaban, por uno y otro lado, sobre quién estaba detrás del asesinato, y ellos no soltaban prenda, mi padre pidió que los aislaran. Me parece que a Galarza lo trasladaron al Panóptico de Tunja, y allá fue mi padre también con los jueces para interrogarlo. Siempre dijeron que lo mataron por su propia iniciativa, por odio. Nunca apareció un tercero".

Esa fue la versión oficial, pero ¿alcanzó a saber su padre sobre los verdaderos autores de ese magnicidio?
"Mi padre me decía una cosa, que ellos frecuentaban una chichería en el barrio Las Cruces. De allá salieron ese Carvajal y Galarza para matar al General. El hombre, dueño de la chichería, no recuerdo su nombre, hablaba muy mal del General porque él había estado en la guerra de los Mil Días. Durante esa guerra, en algún momento ese hombre se encontró un conservador, un enemigo, que estaba agonizando y que decía: "denme un poco de agua, denme un poco de agua". Y este tipo llegó con una vasija con agua muy salada y se la dio a tomar al moribundo.

El general Uribe supo eso y le mandó a dar plan de machete y entonces ese señor le cogió odio al general Uribe. Y allá en la chichería, que frecuentaban Carvajal y Galarza, ese señor todos los días hablaba contra el General. Tal vez los indispuso contra el General, y tal vez borrachos estarían cuando lo mataron. Pero que se sepa que alguien pagó un peso para que mataran al general Uribe Uribe, eso nunca se supo".

¿Su padre conservó algunas pertenencias del general Rafael Uribe Uribe?
"Yo fui hijo único, y por consiguiente no hay nadie que vaya a quedarse con lo que era de mi padre. Él tenía un diccionario inglés, que era como una enciclopedia de aquella época, firmada por el general Uribe. Era uno de sus libros personales. Eso se lo regalé a la Academia Colombiana de Historia. También, en vida de mi madre, un día se me ocurrió llamar a Darío Echandía — porque mi padre y él eran íntimos amigos— para ver qué hacíamos con la máscara del General. Fíjese que una vez el General mandó a mi padre por el Tolima, en busca de muchachos que quisieran incorporarse al Partido Liberal. En Chaparral dieron con Darío Echandía. Por eso él toda su vida reconoció que se incorporó a la política por Noel Ramírez Moreno, mi padre".

¿Entonces qué hicieron con la mascarilla del General?
"Le pregunté a Darío Echandía sobre qué hacíamos con la máscara y se decidió dársela a la Academia Colombiana de Historia. Que yo sepa esa era la única que quedaba, la regalé hace como 25 años. La enciclopedia la regalé hace dos meses y la pluma con la carterita que era del General".

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