Este año de 2011 espero cosas nuevas como la que me ocurrió al principio de esta semana.
Estaba disfrutando de mis vacaciones en mi casa de Rionegro, cuando llegó un automóvil que no era de ningún conocido. Siempre salimos al encuentro de los que llegan al parqueadero, pero esta vez estaba lloviznando y esperé en el corredor de la casa. Nadie se bajaba del carro y no distinguía al conductor, quien tampoco bajaba el cristal de la ventanilla.
Después de unos minutos, se bajó el exalcalde Sergio Fajardo Valderrama y, sin saludar, me preguntó por la dirección de un sobrino político mío y amigo suyo.
Como no saludó, ni autorizó el saludo, yo tampoco saludé, sino que le indiqué la dirección que el excandidato presidencial buscaba, pero me arrepentí de no haberle ofrecido mi acostumbrada hospitalidad sopetranera a tan distinguido visitante, especialmente a un descendiente del coronel Luis Emilio Valderrama, mi admirado paisano y alcalde de mi pueblo.
Mis lectores saben que he criticado algunas actuaciones del exalcalde en su administración o en sus decisiones políticas, pero grosero no soy y me hubiera encantado compartir un wiskey o un chocolate parveado con el doctor Fajardo, mientras le daba las indicaciones que buscaba.
Ya habíamos tomado el algo juntos, hace tiempo, cuando me invitó a apoyar su candidatura, y no creo que en un personaje de tanta altura quepa el resentimiento que yo no tengo.
Lo cierto es que me quedé con las ganas de hacerle algunas preguntas amistosas que mi curiosidad de "garrapateador de cuartillas" le hubiera hecho, si me hubiera autorizado.
Hubiera querido preguntarle por qué, ni él ni su seguidor en la Alcaldía de Medellín han podido terminar el metroplús, con el que han interrumpido calles y avenidas de Medellín y otros municipios del Área Metropolitana. Me hubiera gustado saber, para contarles a mis lectores, sobre la opinión del matemático sobre el fracaso de la Clínica de la Mujer, que en Medellín conocemos como "Clínica de Abortos" que el alcalde Alonso Salazar no ha podido construir.
¡Qué tan bueno hubiera sido saber a qué candidato apoyará para la Alcaldía! Si a Aníbal Gaviria o al candidato de la Asociación Indígena, partido que lo hizo alcalde a él y a Alonso.
Yo le hubiera hablado bien de las bibliotecas que se construyeron en su administración, el impulso que se dio a la educación y al metrocable, le hubiera aplaudido la construcción de la vía Distribuidora, que ha sido benéfica para la agilización del flujo vehicular, aunque ahora la cierran para conciertos, para quemar pólvora o para vender chunchurria en diciembre. Por medidas de su Secretario de Tránsito, José Fernando Ángel, y el que nombró Alonso, míster Ricardo Smith.
No pude decirle a mi inesperado y fugaz huésped que admiro el éxito de Alonso con los Juegos Suramericanos y la ampliación de escenarios deportivos, la reunión del Banco Interamericano de Desarrollo, la construcción del Bulevar de la 70, y que por eso lamento que estuviera inhabilitado para postularse para alcalde.
Por eso, cuando lo saquen, me tomaré un par de vodkas en señal de despecho y cantaré la ranchera de mi paisano Darío Gómez: "Nadie es eterno en el mundo".
ÑAPA: Como amigo y admirador de la Policía Nacional debo consignar que me parece inhumano, como he visto varias veces en la vía al aeropuerto José María Córdova, retener un vehículo a una señora con niños pequeños por alguna infracción de tránsito, por ejemplo Soat vencido, y obligarla con sus maletas y sus hijos a sentarse a esperar un taxi a la orilla de la carretera, mientras en una grúa se le llevan el carro.
¿No habrá algún mecanismo para evitar esa humillación?
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6