Meses antes de que la crisis financiera llegara a su fondo histórico en Wall Street los estadounidenses le dejaron claro a sus candidatos presidenciales que por encima de la guerra, la salud o la educación, su principal angustia era la situación de la economía.
Entonces, luego de síntomas claros de que se avecinaba una crisis, y con acusaciones fuertes a los republicanos que están en el poder, la bolsa de Nueva York se desplomó y sin quererlo el demócrata Barack Obama sacó profundos réditos electorales.
Aunque ayer tanto Obama como el republicano John McCain pidieron al Congreso aprobar el plan de salvamento de la economía con 700 mil millones de dólares, el ciudadano de a pie ve culpables a los republicanos de este fracaso y el veterano senador McCain paga los platos rotos.
La apuesta del afroamericano de unir a McCain con Bush y los errores de Washington le está dando resultados y ya las encuestas, día tras día, le muestran puntos a su favor.
Michael Shifter, vicepresidente en política del Diálogo Interamericano, asegura que en un momento de crisis como este, sin duda el candidato que se muestre con propuestas populistas ganara terreno. En ese sentido los demócratas son más hábiles.
"McCain y Obama tienen tareas retadoras. Argumentarán que hicieron lo correcto y responsable al apoyar el plan de rescate financiero, pero al mismo tiempo competirán para ser más críticos de las prácticas de Wall Street y Washington que produjeron el inicio de la crisis", dice Shifter.
La ventaja es que Obama se siente y se vende como un 'descontaminado' de la política de Washington y saca la carta de una Casa Blanca republicana desde hace 8 años "que llevó al país a la inestabilidad actual".
La peor semana de McCain
McCain, por su parte, pagó caro su amague de cancelar la campaña y no asistir a un debate que finalmente se dio. Inmediatamente quedó ocho puntos porcentuales detrás en las encuestas.
Ya habían advertido los votantes que en esta carrera lo que más pesaba en la balanza era la economía y esa bolsa (aunque quebrada) cayó con fuerza en el lado demócrata.
Es aún prematuro decir que esta crisis le dará el triunfo a Obama pero desde ya le garantizó un respiro luego de tres semanas de empates técnicos en las encuestas. Lo más grave para el republicano es que la votación para presidente está a la vuelta de 34 días.
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