Si camina en paralelo al río Medellín, por el costado de Itagüí, pasando por la estación Aguacatala del Metro, tal vez alcance a percibir un olor dulce, son las esencias de caña de azúcar y anís que, día a día, se convierten en ron y aguardiente dentro de la planta de la Fábrica de Licores de Antioquia, ¡la Fábrica de todos!
El olor se puede percibir desde 1969 en esa parte Sur del Valle de Aburrá, pero el Aguardiente Antioqueño y el Ron Medellín tienen a cuestas 105 años de historia, una que nació en El Zacatín, en el sector de La América, en el Occidente de la capital antioqueña. 105 años acompañando a los colombianos en todas sus emociones para transformarse en una marca que es sinónimo de orgullo y tradición para los paisas y para todo el país, y su esencia está en cada uno de los más de 300 empleados que disfrutan de su labor diaria y quienes afirman que la FLA les imprime un alto sentido de pertenencia porque los recursos producidos contribuyen al progreso de la región y se traducen en inversión para la educación, la salud, el deporte y la infraestructura.
Es así como la empresa se ha convertido es un ícono para Colombia. “Ser gerente de la FLA es un gran orgullo para mí y para mi familia, como lo sería para cualquier antioqueño. Es una empresa insignia en el departamento y un ejemplo para el país. Durante 105 años y, gracias a la Gobernación de Antioquia, hemos aportado a la transformación de la sociedad antioqueña”, dijo Esteban Ramos, gerente de la FLA.