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Julián Esteban Villegas González llegó al atletismo por error, y ahora, a sus 30 años y con el sudor de su frente, pues con lo que gana en las carreras a las que asiste sobrevive y es su mayor fuente de ingreso para continuar compitiendo, se consolida entre los mejores fondistas del país.
“¡Ey, pero también vendo postres y gelatinas, por si está interesado en ayudarme!”, interrumpe el deportista que mantiene el deseo de salir adelante en medio de la preocupación porque necesita recolectar el dinero para estar presente en su primer evento en el exterior, la K42 Villa La Angostura, certamen de trail running que se realizará el 3 de noviembre en Neuquén, Argentina.
Por lo pronto, en 2023, ha participado en seis pruebas de montaña, de las cuales ganó cuatro y fue segundo en otras dos (ver paréntesis).
Cuando tenía 17 años, Julián, quien por ese tiempo se la pasaba escalando en su bicicleta por distintas lomas del Oriente antioqueño, fue invitado a una carrera en su natal Rionegro. Llegó feliz con su cicla y sus zapatos marca Venus. Pero él, que en ese momento era jardinero, se llevó una sorpresa: el certamen no era de ciclismo, sino de atletismo. “No me desanimé. Al contrario, en medio del río humano que había encontré un lugar para guardar la cicla y tomé la salida en la prueba”.
No olvida que era la Media Maratón de Rionegro, en 2010, y entre 5.000 personas, en la categoría recreativa terminó octavo tras 8 km. “Ese deporte fue como amor a primera vista, mucho más luego de ese buen debut. Un compañero de jardinería empezó a animarme para que entrenara e hiciera recorridos más largos, hasta me acompañaba en las salidas”, recuerda Julián, quien meses después se inscribió en la Media Maratón de Medellín, finalizando, con una hora y 39 minutos, 111° en la general y siendo el mejor juvenil.
Sin embargo, el atletismo no podía ser en ese instante su prioridad debido a las responsabilidades. Se trasladó a Sincelejo, donde laboró por dos años como ayudante de bus. “Por falta de tiempo no podía llevar una vida disciplinada en el deporte, aunque no lo abandonaba del todo. Una vez me inscribí en la carrera Mariscal Sucre, y era tanto el calor que tras el esfuerzo que estaba haciendo en el grupo de punta, me desmayé”.
A raíz de eso, y para no volver a tener percances, trabajaba en la buseta en la mañana, y se entrenaba, para preparar su cuerpo, después del mediodía, a temperaturas que promediaban los 40 grados. “Así me acostumbré al calor y empecé a ganar algunas carreritas”.
No obstante, empezó a tener quebrantos de salud sin saber el motivo. Dice que en Sincelejo nunca encontraron las causas a su malestar. “Bajé varios kilos, no me daba ganas de comer y lo que recibía lo vomitaba, siempre era con mareos. Me tuve que devolver para Antioquia, y en Cocorná, cuando apenas me vio mi abuela Rosalba me dijo que tenía hepatitis. Ella misma me empezó a curar con comidas sin sal, con sana alimentación”.
Tras recuperarse se fue a prestar servicio militar entre 2019 y 2021. De allí salió con honores por su comportamiento y por la buena representación en los eventos atléticos. Luego de ello fue monitor de atletismo en el municipio de San Francisco, después trabajó como operario agrícola en Flores de Oriente y luego se fue a coger café a Andes, Betania, Hispania y Ciudad Bolívar. “Hasta voleé guadaña, me volví muy lento para el deporte”, comenta mientras ríe.
Pero Julián volvió a encontrar manos amigas para que no dejar de lado su pasión, correr. Así fue como retornó a la competencia. “Desde el 2021 retomé y por eso es que ahora estoy con este nivel. Me siento contento con mis marcas, pues vengo obteniendo gratos resultados”, señaló Julián, quien este fin de semana, en Popayán, espera lograr una buena actuación en otro desafío atlético y así seguir recogiendo plata para estar en la cita de Argentina, un viaje costoso porque para entrenar y competir necesita los elementos adecuados y una buena alimentación. Este trotamundo que sorprende con su talento, requiere manos solidarias.
Gratos resultados
En las seis pruebas de montaña que Julián ha corrido este año ha logrado podio. Fue primero en Ginebra, Valle (21 km), ganó la Maratón del Nevado del Ruiz (42 km), la Maratón de la Montaña en Popayán (21 km) y la K42 en Cali. Este último triunfo le dio la clasificación al certamen de Argentina. Además, fue segundo en los 5k del Nevado del Ruiz y en Sevilla, Valle. Quienes le quieran ayudar lo pueden hacer a través de la cuenta de ahorros de Bancolombia 32541760180 o en el Nequi 3234869484.
Periodista del área de Deportes