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Italia, por ahora, tendrá un respiro y una pausa del partido Liga Norte y de su líder, Matteo Salvini. Después de que las últimas tres semanas fueran un escenario de vaivenes políticos para el país, el Movimiento 5 Estrellas (M5E) y el Partido Demócrata acordaron crear un gobierno de coalición, lo que cierra la puerta a que tengan que convocar a elecciones para reformar el Parlamento.
Todo comenzó el pasado 8 de agosto cuando el ministro del Interior, Matteo Salvini, disolvió el acuerdo de gobierno que hasta entonces tenía con el líder del M5E, Giuseppe Conte, quien ostentaba el cargo de primer ministro, y exigió llamar a unos nuevos comicios. Pero con los días, la jugada comenzó a salir en su contra.
Si se pusiera en términos coloquiales el giro político que acaba de suceder en Italia, podría usarse el refrán “le salió el tiro por la culata”, para referirse a la situación que enfrenta Salvini. Dos semanas después, el 20 de agosto, Conte renunció a su rol de presidente del Consejo de Ministros, lo que dejó a los líderes de las colectividades en un escenario contra el tiempo para buscar formar otra coalición.
Ayer miércoles, el M5E y el Partido Demócrata, dos grupos que hasta la última semana no eran cercanos, consiguieron un pacto sin Salvini a bordo. Ahora tendrán un gobierno de coalición que será presentado este jueves ante el presidente Sergio Mattarella del que ya se conoce que Conte será el primer ministro.
Salvini no supo manejar la crisis que él mismo creó. Así lo asegura el experto italiano en relaciones internacionales y profesor de la Universidad Externado, Graziano Palamara: “Armó la crisis y otros dos partidos lograron tener la mayoría que él no negoció”.
Matteo Salvini es un político más conocido en Europa que el mismo Conte, quien, en teoría, tenía más poder en Italia o que el presidente Matarella. Con solo quince meses en el ministerio del Interior logró posesionar su discurso derechista, soberanista y xenófobo y emprender una cruzada contra la migración.
A sus 46 años, el político es la cabeza de la Liga Norte, contó con el apoyo del recordado exprimer ministro Silvio Berlusconi en su convocatoria de elecciones, y fue el artífice de la Ley Antimigración y de un decreto que abrió la puerta a que se cobren multas a los barcos humanitarios.
Fue bajo su mando que Italia cerró sus fronteras a la migración y es el responsable de que las embarcaciones que rescataron con migrantes en el Mediterráneo en las últimas semanas quedaran varadas en alta mar, como el barco de Open Arms, el Ocean Viking de Médicos Sin Fronteras o el buque Eleonore de la ONG alemana Mission Lifeline. Una fuerte figura de derecha europea.
Por eso para analistas como el profesor de relaciones internacionales de la Universidad Sergio Arboleda, Mario Aller San Millán, “para Europa en su conjunto es bueno que Salvini no esté porque era una figura desequilibrante en el exterior. Ahora quien lidere Italia no será de la Liga Norte”.
No obstante, San Millán ve a Salvini como un “animal mal herido” que buscará dar sus últimos coletazos en una posibilidad que se cierra frente a su rostro este jueves con la presentación oficial del nuevo gobierno.
Solo queda un sobresalto para la nueva fase que comenzará Conte con el M5E: la pregunta de cómo se dividirá las cargas con el Partido Demócrata, una colectividad que venía de obtener el peor resultado de su historia en las elecciones de marzo de 2018, y que ahora resucita al hacer parte del gobierno.
Una administración que llegaría con la sombra de la derecha de Salvini a sus espaldas y puntos delicados por enfrentar: la compleja economía de Italia, el Brexit y la migración.