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Los expresidentes que le apuestan a seguir en el poder

En Ecuador Rafael Correa aspira a ser vicepresidente para 2021. Le contamos cuáles son los otros exmandatarios que se aferraron a la política.

  • En esta foto, tomada en una cumbre de Unasur del 2010, están Sebastián Piñera (Chile), Néstor Kirchner y Cristina Fernández (Argentina) y Evo Morales (Bolivia). FOTO Getty
    En esta foto, tomada en una cumbre de Unasur del 2010, están Sebastián Piñera (Chile), Néstor Kirchner y Cristina Fernández (Argentina) y Evo Morales (Bolivia). FOTO Getty
20 de agosto de 2020
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Si se revisa el mapa del continente, la mayoría de naciones de Latinoamérica han tenido presidentes que repiten su mandato o que regresan al gobierno en otras formas, como la vicepresidencia o un escaño en el Congreso, todo esto en los últimos veinte años.

Es un fenómeno que se repite de país a país y mantiene cerca del poder a los mismos políticos que gobernaron en el pasado y que con sus partidos hacen que su apellido siga siendo noticia en el presente.

El ejemplo más reciente ocurrió esta semana con el exmandatario de Ecuador, Rafael Correa, quien anunció que será la fórmula vicepresidencial de Andrés Arauz por el partido Unión por la Esperanza para las elecciones de febrero de 2021, que buscarán al sucesor de Lenín Moreno. Particularmente, Moreno fue vicepresidente en el gobierno de Correa, pero esa alianza política se fracturó.

Correa quiere regresar al Palacio de Carondelet a pesar de que está exiliado en Bélgica y fue declarado prófugo de la justicia desde julio de 2018. En su contra hay un llamado de prisión preventiva y expedientes que lo vinculan con presunta corrupción y con el secuestro de un opositor que habría sucedido en Bogotá, en el llamado caso Balda.

Lo que Correa persigue lo consiguió Cristina Fernández en Argentina. Cuando su fallecido esposo Néstor Kirchner estuvo en la Casa Rosada, ella ostentó el cargo de primera dama, pasó a ser senadora, luego mandataria por dos periodos (de 2007 a 2015) y en diciembre de 2019 regresó al Ejecutivo como vicepresidenta de Alberto Fernández.

Ese camino político también lo recorrió con la justicia a cuestas, implicada en cerca de una decena de procesos por posible corrupción y también en el caso AMIA, uno de los expedientes más sonados en Argentina en los últimos 25 años. Sin ir muy lejos, el pasado martes un fiscal llamó a Fernández a juicio oral para responder por su presunta participación en un pacto con Irán para encubrir el atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina.

Aferrados al poder

El profesor de la Escuela de Política de la U. Sergio Arboleda, Fabio Sánchez, considera que ese regreso de los mismos al poder tiene que ver con las redes clientelares que los partidos organizan para perpetuarse. “Reducen las oportunidades a nuevos candidatos, un fenómeno que también es propio de otras regiones, tal y como ocurre actualmente con Lukashenko en Bielorrusia. En este panorama, muy de vez en cuando un ‘outsider’ puede irrumpir y ganar”, explica.

La historia se repite con Evo Morales en Bolivia, quien estuvo en el Ejecutivo durante tres periodos y aspiró a un cuarto mandato, aún cuando la Constitución de su país solo permitía tener una reelección. Ahora, asilado en Argentina y con un proceso judicial en su país por supuesto fraude electoral, lidera la campaña de su ahijado político, Luis Arce, para las elecciones de octubre de este año.

O en Uruguay, Tabaré Vásquez fue mandatario de 2005 a 2010 y luego regresó para el periodo 2015 a 2020. Lo mismo sucedió con Sebastián Piñera y Michelle Bachelet en Chile, ambos con dos mandatos en el Palacio de La Moneda que, particularmente, dan cuenta de una alternancia entre los dos. También en Perú Alan García ajustó dos periodos en el poder y atentó contra su vida en abril de 2019, antes de ser capturado por presunta corrupción.

En Brasil, Lula da Silva aspiró a la presidencia en 2018, aún estando preso y fue clave para el ascenso político de Dilma Rousseff y la posterior campaña que tuvo Fernando Haddad por el Partido de los Trabajadores para disputar el Palacio de Planalto ante Jair Bolsonaro. Hay, incluso, tres casos que llegaron al extremo: Hugo Chávez en Venezuela y Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo en Nicaragua. Estos dos últimos siguen en la Presidencia a pesar de las protestas en su contra.

Por esos antecedentes, el analista político Nicolás Liendo comenta que “Latinoamérica tiene una profunda historia en el caudillismo y en la dependencia de las personas por sobre los proyectos políticos y las instituciones. Ha habido también una excesiva tentación de modificar las reglas institucionales para favorecer polémicos proyectos políticos personales”.

Todo ese conjunto de nombres y apellidos que suenan una y otra vez en los tarjetones electorales da cuenta de una región que, cada cierto tiempo, acude a las urnas a tomar decisiones, pero que sigue girando en un mismo sentido: alineada con los líderes del pasado.

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