La delegación del Consejo de Seguridad de la ONU en Dacca aseguró que buscará la forma de acelerar el acuerdo del pasado noviembre entre los gobiernos bangladesí y birmano para el regreso “seguro, libre y voluntario” de los rohinyás desplazados a Bangladesh, tras el estallido de la violencia en Birmania (Myanmar).
Su implementación se ha ido retrasando por aspectos como el estatus que concederá Birmania a los rohinyás, ya que hasta ahora les negaban la nacionalidad al considerarlos “bengalíes”.
“Somos conscientes de que las cosas han ido lentas, ese el motivo por el que el Consejo de Seguridad está aquí”, afirmó en rueda de prensa el presidente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el peruano Gustavo Meza-Cuadra.
La líder de facto y ministra de Exteriores de Birmania, Aung San Suu Kyi, recibió a la delegación en la primera visita del más alto nivel desde el inicio de la crisis de los rohinyás, en 2017. Suu Kyi ha sido criticada por la comunidad internacional por no defender a los rohinyás ni condenar públicamente al ejército por sus acciones.
La delegación, con 15 representantes, llegó el sábado en un viaje de cuatro días a Bangladesh, incluida la visita que el grupo realizó el domingo a los campamentos rohinyás en el sureste del país, adonde han huido 700.000 miembros de esta minoría desde el último estallido de violencia.
El representante kuwaití, Mansour Al-Otaibi, añadió que intentarán “explorar la forma y los medios de acelerar la implementación del acuerdo “para el retorno seguro, libre y voluntario de los refugiados”.
Los representantes se reunieron además ayer en Dacca con la primera ministra, Sheikh Hasina, antes de embarcarse rumbo a Birmania, aunque no transcendió ningún detalle del encuentro.
El éxodo rohinyá desde territorio birmano comenzó cuando el Ejército de ese país, en respuesta a una supuesta acción de un grupo insurgente, lanzó una ofensiva contra este grupo en agosto pasado la que el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU ha calificado de “genocidio.