Es un aniversario del día que cambió el mundo. Este 11 de febrero se cumplen los 75 años del fin de la Conferencia de Yalta, el encuentro en el que los mandatarios de Estados Unidos (Franklin D. Roosevelt), el Reino Unido (Winston Churchill) y la Unión Soviética (Iósif Stalin) trazaron el fin de la Segunda Guerra Mundial, la división del mundo en el siglo XX y sembraron el inicio de Naciones Unidas.
Hay una imagen histórica de ese día: el retrato de los tres líderes en el Palacio de Livadia de la ciudad de Yalta, entonces territorio soviético y ahora parte de Crimea, sentados, rodeados de sus hombres de confianza y compartiendo al mundo su visión para repartir sus zonas de influencia y acabar con la Alemania de Adolf Hitler. Esa, su lucha contra el nazismo, era el único punto que tenían en común.
La Conferencia de Yalta comenzó el 4 de febrero de 1945 y,una semana después, el día 11, los mandatarios comunicaron su acuerdo. No fue la única reunión de las potencias. Durante el conflicto se encontraron en la Conferencia de CasaBlanca, en Marruecos, para plantear la estrategia de los aliados; en la de El Cairo, en la que Asia fue el tema central; o la de Teherán, también con el foco de sus estrategias de guerra. Pero Yalta fue una asamblea para la historia por su papel determinante en el fin del conflicto y porque contó con la presencia de los tres mandatarios.
Donde todo comenzó
“Yalta definió el orden mundial en la Guerra Fría, la esfera de influencia que tuvo la Unión Soviética y todo un orden global que giró en torno a unas pocas potencias. Un sistema del que hoy queda poco”, afirma Jochen Kleinschmidt, profesor de relaciones internacionales de la Universidad del Rosario. A esa ciudad de Crimea, Estados Unidos llegó buscando la creación de una instancia global, la Unión Soviética defender su territorio de las invasiones y el Reino Unido mantener su posición como líder mundial.
De allí salió, entonces, el que países como Rumania o Polonia quedaran bajo la influencia comunista en el este de Europa, que se comenzara a hablar de Naciones Unidas y la división de Alemania en un bando comunista y otro capitalista, que estuvo firme desde el fin de la guerra en 1945 hasta la caída del Muro de Berlín a finales de 1989.
Si bien la existencia de la principal instancia multilateral se debe a esa Conferencia, la bipolaridad de las relaciones internacionales de ese entonces quedó en el pasado. “Algunos hablan de una nueva Guerra Fría al ver las posiciones divergentes de Donald Trump, Vladimir Putin y Xi Jinping, potencias nucleares que marcan la agenda internacional, que pueden intervenir en sus zonas de influencia y pueden mostrar los dientes si es necesario”, afirma el PhD y profesor de la Escuela de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Sergio Arboleda, Fabio Sánchez.
En un mundo en el que Rusia, el heredero de la Unión Soviética, y Estados Unidos siguen enfrentados, la Conferencia de Yalta deja en la memoria el momento en el que los ejes centrales del mundo giraron en un mismo rumbo.