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Ucrania, ¿ahora sí a días de un “ataque total”?

Estados Unidos y la OTAN ven una invasión inminente del Ejército de Vladimir Putin. Empeora la crisis.

  • Rusia ensayó misiles balísticos como parte de sus ejercicios militares. FOTO Getty
    Rusia ensayó misiles balísticos como parte de sus ejercicios militares. FOTO Getty
  • Grupos nacionalistas en Ucrania convocan a marchas para luchar contra Rusia. FOTO Getty
    Grupos nacionalistas en Ucrania convocan a marchas para luchar contra Rusia. FOTO Getty
20 de febrero de 2022
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Por las calles de Kiev cada día hay más banderas de Ucrania izadas en las fachadas de los edificios. El estandarte azul con amarillo se ondea en la capital que experimenta un nacionalismo que no para de crecer ante ese riesgo que tanto menciona Estados Unidos de que Rusia incursione militarmente –otra vez– y se lleve un pedazo de tierra, como lo hizo en 2014 con Crimea y Sebastopol.

A falta de un único relato sobre lo que sucede en Europa del Este, en las fronteras de ese país que colindan con Rusia, Bielorrusia y la Unión Europea, hay tantas versiones como naciones en la región y como días han pasado en el calendario, que comenzó haciendo una cuenta regresiva en noviembre para la tan citada invasión que no ha ocurrido. Tampoco se sabe si va a suceder y, mucho menos, qué pasaría después.

Las noticias sobre ese convulso borde se mueven como los soldados de un flanco y otro en las bases militares del mundo. En una jugada para mostrar sus capacidades armadas, Vladimir Putin dirigió ayer ensayos de lanzamientos de misiles. En términos sencillos, disparos que tienen la capacidad de cruzar de un continente a otro, cuyo margen de influencia es mucho más amplio que la vecina Ucrania y que tienen un componente nuclear.

En las ciudades Donetsk y Lugansk, ubicadas de la región del Donbás, una zona ocupada por separatistas prorrusos y que lleva ocho años de enfrentamientos, grupos armados evacuan a la población asegurando que habrá un ataque desde Ucrania.

Las facciones cercanas a Rusia piden una retirada del lugar y Occidente también solicita a sus ciudadanos abandonar la zona, como ya lo hizo Colombia con 34 connacionales, sosteniendo que podría darse una invasión.

No todos hacen caso a los llamados de sus embajadas y una de esas personas es Joaquín Carbonell, un español que fue convocado para retornar a casa, pero decidió quedarse en Kiev convencido de que nada va a pasar.

Enfilados para la guerra

Entre lanzamientos nucleares de Rusia, marchas nacionalistas de Ucrania y una congregación de potencias en la Conferencia de Seguridad de Múnich –que se celebra por estos días sin la presencia de Vladimir Putin–, Ucrania entra en una semana crucial para resolver, o empeorar, las tensiones.

“Estamos por ver si habrá o no una guerra y creo que eso no sucederá. Realmente, solo nos queda confiar en la prudencia de los líderes mundiales”, afirma el internacionalista ruso Vladimir Rouvinski.

El relato de occidental de la “inminente” invasión a Ucrania desde Rusia comenzó en noviembre cuando el Kremlin anunció múltiples ejercicios militares en la frontera y en su territorio amigo, Bielorrusia. Desde entonces, los aliados –Estados Unidos, Unión Europea, Otan y otros– han hecho cálculos de tiempos, modo y lugar del ataque.

Las cuentas tocan tropas. La Casa Blanca inició diciendo que el Kremlin tenía 100.000 uniformados concentrados en la zona limítrofe y las deducciones que hace la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa ya elevan ese número a entre 169.000 y 190.000 soldados. Ayer el jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg, aseguró que Rusia alista un “ataque total” contra Ucrania. La antítesis de esas cifras la da Moscú alegando que está en medio de una retirada.

Si esos números son ciertos, no sería descabellada la afirmación de que se trata de la “movilización militar más importante en Europa desde la Segunda Guerra Mundial”, como lo ha dicho el jefe de esa institución, Michael Carpenter. Por su parte, el presidente estadounidense Joe Biden está convencido de que Kiev será el objetivo del asalto.

Las teoría de un ataque “inminente”, que se daría en las “próximas semanas o días”, al que le habían puesto fecha para los primeros días de enero, luego para el 16 de febrero y ahora está enmarcado en un “pronto” porque, asevera Biden, “Putin ha tomado la decisión de invadir Ucrania”, se mantiene.

Mientras la apremiante alerta sigue, hay una cita crucial que está por librarse esta semana. Anthony Blinken, el secretario de Estado estadounidense, y su par ruso, Sergev Lavrov, se reunirán el jueves para tratar, una vez más, esta crisis que está por ajustar cuatro meses sin encontrar solución.

Tensión eterna

El preludio de esta coyuntura fue una carta abierta de Vladimir Putin en la que reclamó un repertorio de garantías de seguridad –que Estados Unidos y la OTAN muevan sus bases, que Georgia y Ucrania no se unan jamás a esa Alianza Trasatlántica y que las fronteras geopolíticas regresen a los límites de 1997–. Sobre esa seguidilla de reclamos solo hay ruido.

El Kremlin aseguró que Kiev había cedido al reclamo de pausar su entrada a la OTAN, pero el sábado el mismo presidente Volodímir Zelenski pidió desde la Conferencia de Seguridad de Múnich que se formule un cronograma claro de la entrada de su país a la organización militar. Estados Unidos y la OTAN no renuncian a su intención de expandir las zonas en los que tienen influencia y Rusia, mucho menos, desiste de su meta de que los territorios que alguna vez pertenecieron a la Unión Soviética permanezcan dentro de su zona de influencia.

Esas naciones con 30 años y unos tantos meses de existencia encuadran la disputa geopolítica de un orden internacional que se acomoda y que mueve miles de tropas. Estados Unidos tiene 80.000 soldados en puntos de Europa, envió otros 6.000 a ese continente y 8.500 se mantienen en guardia en el Pentágono. Al tiempo, Rusia despliega los suyos en las fronteras y en Bielorrusia, y la Unión Europea envía armamento.

Con todas esas cuentas, la retórica de guerra persiste y se mantendrá por unas semanas más. Hay una realidad que está por encima del temor a un conflicto y da cierta confianza en el sistema internacional: Biden, Putin y Zelensky insisten que la vía diplomática se mantiene

190
mil soldados tendría Rusia en las fronteras de Ucrania, según la OSCE.
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