Daniel Ortega está por celebrar su cumpleaños número 76 y esa conmemoración está marcada por una reelección más en la Presidencia de Nicaragua, a pesar de que las elecciones del pasado domingo siete de noviembre fueron desconocidas por los países del ala democrática de América y una parte importante del mundo.
Ortega coordinó la Junta de Gobierno de 1979 a 1985 y presidió por primera vez el país de 1985 a 1990. Luego, en 2007 volvió a la casa presidencial de Managua, un lugar al que se ha aferrado en los últimos 14 años, una jugada que consolidó este domingo con su cuarta reelección.
El izquierdista y exguerrillero orquestó una elección a su medida. Él y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, resultaron reelegidos con el 75,92% de los votos, pero con una abstención de alrededor del 80%, a pesar de que 4,4 millones de personas estaban habilitadas para votar.
Ortega es un presidente de polémicas. En abril de 2020 ajustó casi dos meses sin aparecer en actos públicos y en 2014 desapareció por dos semanas cuando viajó a Cuba para recibir tratamiento de una padecimiento que le aqueja desde hace varios años: el lupus.
Cuando comenzó la pandemia, convocó a marchas llamadas “Amor en tiempos del covid-19”. En ese momento, su régimen prohibió a los opositores marchar, pero sí permitió movilizaciones de carácter oficialista en medio de la emergencia sanitaria.
Daniel Ortega pertenece al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), una colectividad de izquierda que nació del movimiento de liberación nacional que surgió en la segunda mitad del Siglo XX.
Su esposa es la mujer más poderosa de Nicaragua, a quien le dio el título de “copresidenta” y, en ocasiones, tiene más apariciones públicas que el mismo mandatario. Zoilamérica Narváez, hijastra de Daniel Ortega, lo señaló de acosarla sexualmente en 1998, y desde entonces se alejó de los Ortega - Murillo.
El aparente triunfo del régimen orteguista en las elecciones presidenciales solo ha sido reconocido por países como Bolivia, Cuba, Irán, Rusia y Venezuela. Su partido, además, tiene 75 de los 90 escaños en la Asamblea Nacional.
Durante la campaña para los comicios siete candidatos opositores fueron encarcelados por las autoridades u obligados a exiliarse, por lo que no tuvo una competencia verdadera en la contienda. A ellos Ortega los llama “imperialistas yanquis”.
“Esos que están presos son los hijos de perra de los imperialistas yanquis (...) Dejaron de ser nicaragüenses. No tienen patria. Debería de llevárseles para allá (Estados Unidos)”, expresó el izquierdista este martes. Según Ortega, esos dirigentes opositores son “esclavos del imperio, traidores de la patria”.
Ortega también criticó a los países de la Unión Europea, “donde gobiernan partidos fascistas, los descendientes del franquismo” y Adolf Hitler, y dijo que la mayoría en el Parlamento Europeo “son fascistas”. “Es hora ya que Europa entienda una vez por todas que en estas tierras gobierna el pueblo nicaragüense y no los gobiernos europeos”, agregó.