Gesto tras otro de concordia están intentando dar chavismo y oposición, impulsados por el Vaticano, para que prospere un enésimo diálogo entre ambos bandos y así Venezuela logre salidas a su grave crisis política, económica y social.
Si el lunes el gobierno liberaba a cinco presos políticos —Carlos Melo, Marco Trejo, Andrés Moreno, Andrés Leon y Coromoto Rodríguez— para intentar calmar los ánimos opositores, ayer una Asamblea Nacional en control de la oposición postergaba su citación en contra de Nicolás Maduro, para que las negociaciones sigan avanzando.
Al menos, el panorama político parece haber dado un viraje. Promete la posibilidad de destrabar el bloqueo y mermar en algo la crónica polarización que tiene el país.
“Hoy no se va a tratar el tema del juicio político a Maduro, cambiaron el orden del día”, dijo a Reuters un diputado de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que pidió el anonimato.
De hecho, incluso chavismo y oposición estudian suspender las marchas previstas para mañana jueves, que se dirigían al Palacio de Miraflores y que anticipaban una jornada de fuertes choques, tal como han informado fuentes políticas a EL COLOMBIANO.
“Están cogiendo mínimo (se están calmando), muy bien. Felicito a la oposición”, dijo Maduro ayer en el estreno de su programa radial “La hora de la salsa”.
¿Legítimos gestos?
En un país acostumbrado a diálogos fallidos y promesas incumplidas, a la politiquería de sus líderes y a los despliegues mediáticos, ¿qué tan ciertas son las intenciones de resolver los asuntos políticos mediante diálogo? Distintos expertos consultados por este periódico dieron su opinión.
“Las familias de los presos políticos seguramente tendrán una alegría por su liberación. Sobre todo cuando se sabe que no son ladrones ni criminales. El gobierno, ante la presencia de mediadores de la iglesia y el gesto de la MUD de dialogar, cedió en este asunto, y eso está generando espacios para una política menos agresiva”, argumentó Jesús Castillo Molleda, politólogo y docente de la Universidad del Zulia.
“La reacción de la oposición es variada. Unos sectores dicen que es un gesto relevante, otros que no se debe dejar de marchar, y los más radicales han señalado a los líderes moderados que se sentaron a dialogar. En cuanto al chavismo, es claro que tiene serios problemas de gobernabilidad, por lo que necesita ceder mucho más que eso. Por eso no sería raro que otros opositores sean liberados”, agregó.
Para Miguel Ángel Román, periodista y conductor del programa Café y Noticias, no se puede afirmar aún que haya intenciones legítimas, pero un diálogo sí hace bien al país: “este gobierno es difícil de predecir. Sin embargo, creo que el concierto internacional que ha girado en torno a Venezuela, hace pensar que el chavismo tiene que ceder ante la presión social. Creo que el ganador de cualquier oxigenamiento es el país, porque seguir conteniendo todo podría generar violencia”.
Marchas en duda
Uno de los temas que claramente fueron tratados en la mesa de diálogo fue cancelar o suspender la convocatoria de las marchas del jueves 3 de noviembre. Una iniciativa que probablemente vino de parte del chavismo, al saberse presionado ante las multitudes que está logrando convocar la oposición una vez tras otra.
Viendo que los líderes de la MUD tienen sus diferencias respecto a la estrategia a seguir para conseguir los objetivos, ¿qué tan probable es que los opositores cedan en este punto, fundamental en los últimos años para sus políticas?
“Es normal que, en estos momentos de presión, los voceros tengan diferencias en cuanto al método. No obstante, creo que el objetivo sigue siendo el mismo: cambiar el sistema, y buscar elecciones para cambiar el gobierno. En este sentido, creo que los sectores moderados van a prevalecer tanto en oposición como en chavismo”, auguró Castillo.
“De modo que el diálogo es una grandísima esperanza para los venezolanos, en el sentido en que se puedan resolver algunos de sus problemas. Aunque se trata tal vez de la última oportunidad para que esto ocurra”, concluyó.