La frontera colombo venezolana hoy muestra un horizonte gris. La euforia del concierto del pasado viernes se combinó rápidamente con la desesperación y el desconsuelo por el ingreso fallido de la ayuda humanitaria enviada por Estados Unidos. Fueron violentos los enfrentamientos entre las facciones de las Fuerzas Armadas del régimen de Nicolás Maduro y la población civil.
Ahora el país ajusta 34 días con dos presidentes –Maduro, elegido en unos comicios cuestionados, y Juan Guiadó, juramentado como presidente interino– y a la disputa por el poder entre ambos se sumaron sus aliados internacionales. De un lado, un régimen que cuenta con el apoyo de la inteligencia de Cuba, China, Irán, Turquía y Rusia; del otro, un opositor con el espaldarazo de Estados Unidos y otros 50 países más.
Para Juan Carlos Herrera, profesor de geopolítica de la Universidad de Medellín, habrá una “prolongación de la lucha política y se intensificará la disputa económica en el país”.
Maduro, aferrado al poder
Cuba denunció la semana pasada lo que llamó una intervención militar disfrazada de ayuda humanitaria y Rusia aseguró que EE.UU. ya había enviado tropas al país vecino. Acorralado económicamente con la congelación de los activos de su gobierno en EE.UU. y Reino Unido, con los supermercados vacíos y los hospitales desabastecidos, para el experto, el régimen de Maduro intensificará las relaciones bilaterales y la exportación de hidrocarburos con los países que le han ayudado.
Rusia, por ejemplo, envió 300 toneladas de ayuda humanitaria, lo que demuestra que mientras occidente sigue con su “cerco diplomático” –tal como lo ha llamado el presidente Iván Duque– el régimen fortalece sus alianzas extracontinentales con países que no son democráticos.
Para Maduro, “trataron de tapar, con un concierto y una supuesta ‘ayuda humanitaria’ en la frontera, un plan que ha sido develado y anunciado por Donald Trump”, en el que Guaidó es protagonista.
El camino del presidente (e)
Ahora Guaidó está en Colombia. Logró salir de Venezuela a pesar de que el Tribunal Supremo de Justicia (de corte oficialista) había prohibido su salida. El abogado constitucionalista Leonel Ferrer asegura que esta orden “es inconstitucional porque como diputado goza de inmunidad parlamentaria: no puede ser detenido, requisado ni llevado preso por ningún tipo de autoridad”. Sin embargo, esto depende de que el régimen respete su derecho como integrante del parlamento.
La meta que Guaidó se trazó con el ingreso de la ayuda humanitaria no se cumplió. Entonces, el también abogado Perkins Rocha, indica que “como presidente tendría que llamar a la Asamblea Nacional a declarar de manera urgente el establecimiento de una fuerza internacional militar que ocupe Venezuela y permita a los ciudadanos liberarse de la dictadura”. Un camino que según los dos juristas consultados para este artículo está abierto para Guaidó al gozar de los dos cargos: el de presidente interino y de presidente de la Asamblea.
Aunque es una “solución” que está sobre la mesa, expertos consultados en las últimas semanas por este medio como Rocío San Miguel, directora de Control Ciudadano, han indicado que la salida militar no es la mejor opción porque no se puede calcular el número de vidas que esta costaría y mucho menos su duración.
Venezuela sigue bajo tensión. El encuentro de Guaidó con el vicepresidente de EE.UU. hoy será clave para conocer su estrategia para conseguir la transición de su país.