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siniestros ferroviarios se han dado en lo que va del año en todo el mundo.
19
accidentes ferroviarios registró España entre los años 2000 y 2010.
Un muerto y más de 100 heridos dejó ayer un accidente de tren en el estado de Nueva Jersey, EE. UU. Mientras que las causas del siniestro se investigan, distintos expertos advierten que no se debe poner en duda el registro de seguridad de este medio de transporte terrestre, mucho mejor que el de otros.
“Por ahora solo podemos confirmar que una persona murió y que tenemos 108 heridos, de los cuales varios están en estado muy grave en el hospital”, afirmó a a un grupo de periodistas el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, de camino a la estación de Hoboken, lugar donde ocurrió el incidente.
Según medios locales, que pocos minutos después de ocurrido el accidente (8:45 a.m hora local) consultaron con los servicios de emergencia, las víctimas mortales podrían ser tres y los heridos alrededor de 200, pero las autoridades, al cierre de esta edición solo confirmaron un fallecido.
Corazón de la red ferroviaria
La estación de Hoboken está ubicada muy cerca de la isla de Manhattan —apenas al otro lado del río Hudson— por lo que es una de las estaciones más transitadas del noreste del país.
El tren siniestrado opera la ruta de cercanías morada, denominada Línea del Valle de Pascack (Pascack Valley Line), y como todos los días, comenzó su trayecto en Spring Valley, localidad en el estado de Nueva York, dirigiéndose al sur. Su última estación era precisamente la de Hoboken, NJ.
Al llegar a su destino, el accidente ocurrió porque el tren sobrepasó las barreras finales y, a una velocidad alta, fue a chocar contra columnas de la estación, derribando parte del techo de la misma.
Las autoridades barajan que hubo alta velocidad dado que pasajeros que toman esa ruta diariamente en dirección a la ciudad de Nueva York, notaron que en los tramos finales del trayecto el tren iba excesivamente rápido.
Por fortuna, la respuesta de los servicios de emergencia y policiales fue diligente, y muy pronto se logró rescatar a decenas de heridos, la mayoría trasladada al hospital Jersey Medical Center. El director de la clínica, Joseph Scott, informó que atendían a 51 personas, y que 11 de ellas se encontraban en estado grave, aunque “no parece que corra peligro la vida de ninguno”.
“Lo importante ahora es que todas las personas que iban en ese tren ya han sido rescatadas de los vagones”, afirmó por su parte el gobernador Christie a CNN.
Asimismo, imágenes de lo ocurrido y del temor vivido por quienes transitaban por la estación en el momento del accidente inundaron las redes sociales y generaron temor generalizado en EE. UU. No solo por una catástrofe mayor, sino ante una causada por el terrorismo internacional.
El propio Christie sentenció esa especulación que se estaba generando al asegurar que “nada hace pensar que haya sido un acto de terror”. A la vez, informó que estaba en curso una investigación conjunta entre autoridades policiales y federales —como la Junta Nacional de Seguridad del Transporte, Ntsb—, para determinar las causas.
Por último, a pesar de que 22.000 colombianos residen en la zona de Hoboken, la Cancillería informó que no tiene reporte de ningún connacional afectado por el hecho.
Pesquisa compleja
En principio no es fácil determinar, sin mayores indicios, las causas de este accidente, más allá del dato que el tren avanzaba a mayor velocidad que la acostumbrada en el tramo final de la ruta Spring Valley - Hoboken.
En cualquier caso, y consultados por EL COLOMBIANO, expertos en transporte consideraron que hay algunos interrogantes fundamentales que muy seguramente se deben estar planteando los investigadores asignados a este siniestro.
“Normalmente los incidentes en el transporte ferroviario son resultado de una combinación de factores como fallas en mantenimiento, en la señalización y sistemas de seguridad automáticos, error humano o negligencia, entre otros”, explicó Darío Hidalgo, ingeniero de Transporte y director en Colombia de la firma Embarq.
“Los trenes cuentan con un registro datos de comportamiento durante un trayecto, para poderle dar
pistas a los investigadores tras un accidente. Esto no
es para buscar culpables solamente, en realidad el objetivo fundamental es mejorar la seguridad de este medio de transporte, como en la aviación”, agregó.
Para Germán Prieto, director del programa de Gestión del Transporte de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, utilizando estas herramientas, los investigadores tendrán que responder “¿por qué los controles automáticos de seguridad, que se activan al detectar que el tren va a velocidad excesiva, no funcionaron en este caso? Las cajas negras pueden dar respuestas”.
“No obstante, a diferencia de lo que ocurre en la aviación, aquí el conductor pudo quedarse dormido o tuvo intenciones de causar el desastre, pero la pregunta debe ser ¿por qué no operaron los sistemas de seguridad automatizados?”, cuestionó.
Alta seguridad
A pesar de lo ocurrido, ambos expertos coinciden en que la seguridad del sistema de transporte ferroviario no está puesta en duda por incidentes como estos.
“En general, podemos concluir que los trenes son un modo de transporte muy seguro. Aquí se le da mucha prioridad a la seguridad en distintos ámbitos. Si se le hace seguimiento a las estadísticas de accidentes, se puede reforzar esa idea”, explicó Hidalgo.
“La tecnología permite en la actualidad garantizar a un altísimo nivel la seguridad en trenes. Mecanismos desde el centro de control cuando se disparan ciertas alarmas que permiten reaccionar, y automáticos para la reducción de velocidad. Un accidente de ese estilo no debería ocurrir ahora. Claramente el ferroviario es uno de los medios de transporte más seguros”, aseveró por su parte Prieto.
“Si se implementan dichas tecnologías es muy difícil que ocurran incidentes. De lo contrario se incrementan los riesgos, pero hablamos de un sistema que por cada 100.000 pasajeros tiene tazas de accidentalidad muy bajas”, agregó.
De hecho, los trenes son el segundo medio de transporte más seguro del mundo, con cifras de mortalidad 28 veces menores a las del automóvil.
No obstante, uno de sus puntos negativos es el alto costo de su manutención, hecho que reiteradamente se constituye como causa indirecta de distintos accidentes, producidos por la negligencia de autoridades estatales y locales, que dan prioridad a su bolsillo y no a la seguridad.
“Por eso, cuando se piensa en la adquisición de sistemas férreos no solo hay que estudiar su costo inicial, sino mucho más lo que será su mantenimiento”, advirtió Prieto.