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Irma adoctrinó en cambio climático

Aunque los daños en La Florida fueron menos de lo esperado, Trump hace recortes en prevención.

  • Irma adoctrinó en cambio climático

Con un día soleado y el huracán Irma convertido en tormenta tropical despertó ayer La Florida. Aunque el domingo varios residentes temían una noche de pesadilla por el paso del fenómeno en el lado oeste del estado, el escenario del lunes fue mejor de lo previsto.

Ánderson Guzmán, colombiano en la ciudad de Sarasota (por donde pasó el ojo del huracán), y quien le había dicho el domingo a EL COLOMBIANO que temía encontrar su casa destruida o inundada, se llevó la sorpresa de que apenas unas tejas cayeron del techo y en el suelo solo había ramas, pese a que la vivienda está a solo cinco cuadras del río Manatí y detrás de un lago.

No obstante, el peligro no ha bajado y los impactos no fueron iguales en todas las zonas. El gobernador de Florida, Rick Scott, dijo que es “horrible” el daño ocasionado por Irma en los Cayos de Florida tras realizar un sobrevuelo por esas islas del extremo sur de EE. UU, y agregó que el archipiélago enfrenta “un largo camino para la recuperación”.

A diferencia de otras áreas del estado afectadas, lo que el gobernador observó allí es que “todo parece estar patas arriba: techos, árboles, tendido eléctrico, embarcaciones y casas móviles”.

De igual forma, fueron seis los muertos en ese estado por accidentes vehiculares y electrocutamiento. En Bonita Springs, en la costa suroeste de Florida, grandes áreas estaban inundadas y la ciudad seguía sin electricidad, con el agravante de que la fauna local (serpientes y caimanes) se había desplazado.

Mientras tanto, en Miami, aunque la agencia Efe reportaba que las calles inundadas se estaban secando, el mar se tragó el paseo costero del vecindario de Brickell, dejando vehículos sumergidos hasta la mitad, y 6,5 millones de personas estaban sin electricidad.

Incluso, gran parte de las costas del este y oeste de Florida siguen siendo vulnerables a las marejadas ciclónicas, que se producen cuando los huracanes elevan el agua del océano sobre los niveles normales.

Menos plata para siniestros

La experiencia del huracán Irma le mostró a Estados Unidos la urgencia de que existan recursos para atender este tipo de emergencias y más aún para prevenirlas. Sin embargo, según cuenta Danielle Baussan, directora de Preparación para el Clima del Center for American Progress, el presupuesto de la administración de Trump va camino a reducirse para medidas que ayudan a predecir las tormentas, preparar las ciudades y poner a la gente fuera de peligro.

Por ejemplo, Trump recortó en 967 millones de dólares al Army Corps of Engineers, una agencia que construye infraestructura para prevenir inundaciones; en 767 millones a la FEMA (Agencia Federal para el Manejo de Emergencias); en 190 millones de dólares al Programa Nacional de Seguro contra Inundaciones; y en 986 millones de dólares a la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, la agencia que monitorea los patrones climáticos. En este último recorte se incluyó una reducción de 62 millones de dólares al Servicio Meteorológico Nacional y un recorte de 139 millones a la Oficina de Investigación Oceánica y Atmosférica.

Según denuncia Baussan, Trump también propuso disminuir los recursos de los programas que proporcionan ayuda a personas atrapadas por condiciones climáticas extremas. Nada más pidió la eliminación del Consorcio Nacional de Preparación Nacional, que ha capacitado a cerca de 2 millones de personas para que sean los primeros en responder a emergencias desde 1998, y el Programa de Alimentos y Vivienda de Emergencias, que permite otorgar fondos para ayudar a establecer refugios, proporcionar comida y agua a evacuados.

“El silencio de Trump sobre la importancia de financiar programas para prevenir los peores efectos del clima extremo y ayudar a las comunidades de bajos ingresos a prepararse para las tormentas y recuperarse de las secuelas, dice mucho”, expresa la directora.

Y es que de acuerdo con Juan Carlos Ortiz, investigador del departamento de Física y Geociencia de la Universidad del Norte y experto en huracanes, como estos fenómenos toman su energía de la evaporización del agua del mar, su relación con el calentamiento global es inminente.

Según comenta, 10 años atrás algunos climatólogos publicaron una serie de artículos científicos sobre los efectos regionales del calentamiento del océano y afirmaron que en algunas décadas estaríamos ante la amenaza de huracanes cada vez más intensos y que empezaríamos a ver transitar los categoría 4 y 5 en el Atlántico y el Caribe con mayor frecuencia.

De acuerdo con Ortiz, esas décadas terminaron siendo menos de los pensado y, como están las cosas, “monstruos como Irma llenarán los medios de comunicación cada año entre junio y noviembre”.

Infográfico

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