La lenta respuesta internacional a la epidemia de ébola en África Occidental creó una tragedia evitable que ha costado miles de vidas, dijo Médicos sin Fronteras, a un año de la confirmación del primer caso.
La peor epidemia de ébola del mundo ha matado a más de 10.200 personas en los tres países más afectados -Guinea, Liberia y Sierra Leona- desde marzo de 2014, cuando se confirmó el primer caso en una región selvática de Guinea.
Médicos Sin Fronteras (MSF), la primera institución en dar la voz de alarma sobre el ébola, dijo en un informe que todo el mundo, desde los gobiernos nacionales hasta la Organización Mundial de la Salud (OMS), habían creado cuellos de botella que impidieron que la epidemia fuera rápidamente controlada.
“El brote del ébola a menudo ha sido descrito como una tormenta perfecta: una epidemia transfronteriza en países con sistemas sanitarios débiles que nunca habían visto el ébola antes”, dijo en el informe Christopher Stokes, director general de MSF.
“Aún así es conveniente una explicación. Para que el brote del ébola entre en una espiral fuera de control se requiere que fracasen muchas instituciones. Y lo hicieron, con consecuencias trágicas y evitables”, agregó.
En un mordaz informe titulado “Pushed to the limit and beyond” (Presionados hasta el límite y más allá), Médicos sin Fronteras dijo que las advertencias que hizo en junio de que la epidemia estaba fuera de control fueron desestimadas al ser calificadas de alarmistas .