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Irma también pasó por encima de Francia, Reino Unido y Holanda. Sus territorios de ultramar, paradisiacas islas en el Caribe, fueron los más afectados por el huracán más potente registrado en el Atlántico.
No obstante, y como si aquella devastación hubiera ocurrido por fuera de sus márgenes, la reacción a la emergencia fue tardía y pronto se convirtió en objeto de críticas por parte de la oposición de estos gobiernos y de los residentes de las islas.
En el lado francés de San Martín, donde Irma provocó daños en el 60 % de la infraestructura y hubo cuatro muertos, una antioqueña que decidió quedarse habla de negligencia. Aunque la casa de Liz Echavarría es de concreto y resistió los vientos de categoría 5, la casa de en frente se desplomó, la de su primo quedó sin techo y la de un peruano que es como un padre para ella se vino abajo, llevando a que su gato se fuera por los aires.
Según cuenta, la isla fue arrasada en 1995 por el huracán Luis, y la población y el Gobierno reflexionaron sobre cómo deberían seguir siendo las construcciones.
Aunque en estas décadas se esmeraron en levantar muros resistentes, no pasó lo mismo con los techos, y pocos eran lo suficientemente sólidos para aguantar un huracán de máxima categoría.
Hace una semana, el día del paso del huracán, cuenta, en San Martín solo había 23 soldados holandeses, lo que incentivó saqueos en almacenes y supermercados y robos en las viviendas. Si bien ella se informó todo el tiempo por una emisora local para saber cómo actuar, no vio claro un plan oficial contra este tipo de fenómenos.
Para Stéphanie Lavaux, politóloga e internacionalista francesa y vicerrectora de la Universidad del Rosario, estas islas, con su recurso pesquero y su presencia en América, son de gran importancia estratégica para París. Sin embargo, acepta, la relación con el Gobierno francés siempre ha sido difícil.
“La lejanía geográfica hace que estos territorios se sientan olvidados”, dice, con el agravante de que a diferencia de islas como Guadalupe, que dependen del Estado francés 100 %, San Bartolomé y San Martín tienen una mayor autonomía. Eso, advierte, no exime a su país de garantizar la seguridad en las islas y de desplegar servicios básicos, recursos y protección antes y después de estas catástrofes.
Lavaux es consciente de que las condiciones climáticas adversas demoraron la ayuda, pero reconoce que la respuesta de Francia fue lenta y poco efectiva: “debieron movilizar más a la protección para que protegiera y enviar anticipadamente recursos públicos, al menos para salud y seguridad”, advierte, y agrega que es aún más preocupante el hecho de que la atención post catástrofe se hubiera retrasado hasta cinco días.
La experta espera que la respuesta a la reconstrucción de las viviendas y del tejido económico y social esté a la altura de Macron, pero se pregunta si Irma hubiera pasado en territorio europeo, ¿el huracán hubiera sido una causa nacional?”.
Según Dorothea Hodge, exrepresentante de la Unión Europea para el gobierno de las Islas Vírgenes Británicas, el Reino Unido debería invertir en la reconstrucción a largo plazo para ayudar a la comunidad insular. “Es absolutamente vergonzoso que hayan tardado todo el día en responder al peor huracán que hemos visto en territorio británico desde los años veinte”, añadió al diario The Guardian.
Entretanto, Tom Cross, líder escocés, expresó que si bien Gran Bretaña tiene en las Islas Vírgenes un paraíso fiscal, su interés con Irma no fue del nivel de los millonarios fondos que guarda el Gobierno en ese lugar. “Las imágenes de daños masivos a la infraestructura muestran que los edificios de tablas y zinc han sido destruidos, mientras que los de hormigón y acero permanecen de pie. Las inseguras viviendas, tiendas e iglesias pertenecen a los pobres negros, mientras las de los ricos (toda la población blanca) son más seguras”, afirmó al diario inglés.