En la mañana de este lunes, los chilenos acogieron un texto de 178 páginas que de pasar su examen en el referendo, se convertirá en la nueva constitución del país latinoamericano.
La ceremonia para recibir esta propuesta –producto de las protestas que terminaron el año pasado– fue liderada por el presidente Gabriel Boric, quien llegó –de forma inusual– con la banda presidencial que distingue la bandera de Chile.
En su discurso, el mandatario hizo un comentario que llamó la atención de los presentes en el salón. Para él, el debate abierto e inclusivo que se dé alrededor del texto final va a marcar la agenda de aquí al 4 de septiembre, día del referendo en el que los chilenos podrán aprobar el nuevo articulado.
Sin embargo, en su concepto, “este proyecto de Constitución, y el plebiscito que se desarrollará en septiembre, no es ni debe ser un juicio al Gobierno”. En cambio, debe leerse como la oportunidad para debatir sobre el futuro de Chile en los próximos cinco años.
Esa propuesta final, trabajada durante un año por la Convención Constituyente, está enmarcada en una crisis de gobernabilidad que viven Gabriel Boric y su gabinete, a quienes no los acompañan los números según las últimas encuestas. En la oposición a su gobierno aparece su contendor en las urnas a la Presidencia, José Antonio Kast. Este fin de semana, horas antes de que Boric asistiera a la entrega del proyecto de 178 páginas, Kast sentenció que esa idea de Constitución “de Boric” pretende quitarles las propiedades a los chilenos.
Sin ahondar en el tema, solo comentó que los ciudadanos de ese país tienen derecho a una casa propia, y no a vivir arrendándole al Estado. Lo cierto es que el mismo Boric ha contribuido, o por lo menos así se refleja en cada encuesta que se ha hecho desde su elección. Meses atrás tocó fondo con tan solo un 36 % de favorabilidad, cifra que dista del apoyo masivo que recibió en las elecciones.
El articulado
Aunque ya estaba publicado un borrador del proyecto de Constitución, este lunes se hizo oficial esa propuesta que contiene 178 páginas, 388 artículos y 54 normas transitorias. En este articulado se habla en sus primeros párrafos con lenguaje inclusivo –de nosotras y nosotros–, y de un Estado paritario que vele por los derechos de todas las comunidades, con entidades públicas conformadas en un 50 % por mujeres.
Otros de los puntos que los chilenos decidirán si aprueban por voto popular en septiembre incluyen las garantías en materia de salud para interrumpir voluntariamente un embarazo, la reelección presidencial por un solo periodo y los 30 años como edad mínima para aspirar a ese cargo que, a Boric –de 36 años–, por ahora no le ha arrancado como quería su etapa como mandatario.