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Comicios catalanes, cita fundamental en la crisis

España espera el 21 de diciembre acabar el bloqueo regional. La contraparte busca demostrar una base popular decidida por la secesión.

  • FOTO EFE
    FOTO EFE

Tras el enfrentamiento institucional, las protestas, la represión, las detenciones, la declaración unilateral de independencia, las imputaciones, las huidas y el llamado a elecciones anticipadas para Cataluña, comienza la campaña para una votación que podría definir, el 21 de diciembre, el futuro de la comunidad autónoma española y la suerte de casi 10 años de auge secesionista en la región.

Y la semana comienza convulsa: mientras inicia un periodo de marchas en Barcelona, el destituido presidente catalán, Carles Puigdemont, responde ante un tribunal belga por el pedido de extradición proveniente de España. En Madrid, algunos de sus más cercanos asesores y nombres conocidos de su movimiento, como los exconsejeros Raúl Romeva y Jordi Turull, fueron puestos ayer en libertad bajo fianza, mientras que otros como el exvicepresident Oriol Junqueras y el líder de Ómnium Cultural, Jordi Cuixart, fueron mantenidos en prisión.

De modo que no es claro si con sus principales líderes huidos o en la cárcel, el independentismo catalán podrá hacer calar entre la población el argumento de la persecución política para anotarse un triunfo en las elecciones, o se verá irremediablemente acéfalo y debilitado.

Lo que está en juego

Por el lado de España, en los comicios el gobierno de Mariano Rajoy busca retomar el control de una de las situaciones más críticas desde el retorno a la democracia en ese país.

Así lo explicó Hamid Bellahcene, politólogo y docente de la Universidad Complutense de Madrid: “lo que se ha hecho es aplicar la ley y el artículo 155 para intentar salir del bloqueo institucional y para que la vida en Cataluña vuelva a la normalidad. Lo que hay que preguntarse es qué pasará después del 21 de diciembre. Si los resultados no llevan a un cambio sustancial en la relación de fuerzas que hay ahora mismo, hay que preguntarse cómo se podrán resolver las tensiones”.

Las encuestas indican una pérdida de fuerza del bloque independentista, por lo que en Madrid hay un clima de optimismo. ¿Qué se interpreta desde la otra orilla?

Desde Cataluña, Marta Rovira, socióloga y docente de la Universidad Autónoma de Barcelona, admitió que “con varios líderes encarcelados y otros en el exilio, el independentismo pierde un poco de fuerza de cara a la campaña. Entra a la carrera electoral en una situación muy anómala. La esperanza, en todo caso, es a que haya un reacomodo de fuerzas que no implique, en todo caso, perder la mayoría en el Parlamento catalán”.

En el escenario en que los secesionistas logren otro triunfo electoral en Cataluña el 21 de diciembre, ambos expertos coinciden en que se mantendrá el bloqueo institucional, con las dos partes manteniendo posturas irreconciliables y la crisis política perpetuándose. Esta imagen de estancamiento a futuro podría favorecer a los partidos españoles en disputa como Ciudadanos y Podemos, los que más aspiran a quitarle escaños al independentismo según los últimos sondeos.

Vuelve la hostilidad

El ambiente de momento en las calles de Barcelona es tranquilo, pero desde el domingo se empezaron a ver signos de que, con el avance de la campaña electoral, posiblemente se vea cada vez más caldeada y polarizada la cotidianidad en toda Cataluña.

Grupos de la derecha radical y la izquierda independentista realizan marchas cada vez más hostiles, aunque de momento no se registran enfrentamientos. De todos los bandos, se anticipa en todo caso el 21-D como la fecha que decidirá el futuro inmediato de los catalanes.

Infográfico
Daniel Armirola Ricaurte

Salsero a ultranza. Volante de salida. San Lázaro me protege antes del cierre. Máster en Periodismo - El Mundo (España). Redactor Internacional - El Colombiano.

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