Luego de “sufrir una corta enfermedad”, según confirmó su propia familia pero no fue precisada, el Nobel de paz (1998), John Hume, murió a los 83 años.
La vida de quien es considerado el arquitecto del acuerdo denominado “Viernes Santo”, el cual permitió la reconciliación de Irlanda del Norte, luego de tres décadas de violencia sectaria entre los paramilitares protestantes y los republicanos del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), se apagó en la madrugada de ayer en una residencia para adultos mayores ubicada en Londonderry -la segunda ciudad más poblada de ese país- donde se encontraba internado.
La muerte de Hume tuvo un gran impacto en la política, no solo del Reino Unido, también en otras partes del mundo en donde se conoció su defensa incansable por el diálogo como única salida a los conflictos que se vivían en su país entre 1968 y 1998.
El exprimer ministro británico, Tony Blair, con quien trabajo de la mano por la paz y reconciliación de Irlanda del Norte, expresó por medio de un comunicado que “John Hume fue un titán político, un visionario que rechazaba creer que el futuro debía parecerse al pasado”.
Otra de las sentidas palabras fueron las de Gerry Adams, expresidente del Sinn Féin, antiguo brazo político de IRA, con quien Hume mantuvo conversaciones que resultaron claves para el “Viernes Santo”.
“En este triste día, debo decir que no tendríamos la paz que disfrutamos hoy si no fuera por John Hume”, afirmó Adams en medios de comunicación locales.
La primera ministra norirlandesa, Alrene Foster, se refirió a él como un “gigante del nacionalismo irlandés”. “Durante nuestros días más oscuros, [John Hume] reconoció que la violencia no constituía el camino a seguir”, declaró a las distintas agencias de noticias.
Por su parte el primer ministro británico, Boris Johnson, calificó a John Hume de “gigante político” y que, sin él, la provincia no hubiera tenido paz.
En un comunicado que publicó en Twitter, Johnson dijo que Hume estuvo siempre en contra de la violencia y estaba comprometido a alcanzar sus objetivos de “manera pacífica y democrática”.
“Durante décadas buscó resolver los problemas en Irlanda del Norte a través del diálogo y el acuerdo. Sin John Hume no habría acuerdo de Belfast o del Viernes Santo”, añadió el primer ministro británico a través de sus redes sociales.