El ministro de Exteriores israelí, Israel Katz, cargó este jueves ante la Asamblea General de Naciones Unidas contra Palestina, Irán y Turquía y le tendió la mano a los países árabes del Golfo Pérsico, a los que mostró su deseo de formalizar las relaciones.
Katz comenzó su discurso pidiendo a los países miembros de la ONU que sigan el ejemplo de Estados Unidos de reconocer Jerusalén como capital de Israel y de trasladar a esta ciudad sus embajadas.
Una medida unilateral tomada por el presidente estadounidense, Donald Trump, en diciembre de 2017, y que fue muy criticada por romper el consenso internacional.
“Nadie puede separar al pueblo judío de nuestra patria histórica y nadie puede separarnos de Jerusalén, nuestra capital eterna”, dijo antes de acusar a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) de apoyar el terrorismo.
“Pedimos a la ANP que detenga la incitación, que deje de alentar y financiar el terrorismo y que reconozca el derecho del pueblo judío a tener su propio estado”, apuntó.
Asimismo, insistió en la petición de que los palestinos “regresen a la mesa de negociaciones directas, sin ninguna condición previa”, es decir, que renuncien a exigencias como la de que Jerusalén este sea establecido como la capital palestina, que se reconozcan las fronteras de 1967 o que regresen los refugiados.
Katz también acusó a Irán de ser “el principal problema que amenaza la estabilidad y la seguridad en Oriente Medio” y al líder supremo iraní, Ali Jamenei, de haber ordenado “directamente” los “atentados terroristas” contra dos instalaciones de petróleo en Arabia Saudí del pasado 14 de septiembre.
Contra el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que en su discurso ante la ONU acusó a Israel de oprimir al pueblo palestino, Katz dijo que le “debería dar vergüenza” el hecho de “dar lecciones” a Israel, cuando “oprime brutalmente al pueblo turco”, somete a “una matanza a la minoría turca” y apoya al grupo Hamás, que Israel considera terrorista.
Frente a este discurso agresivo, el jefe de la diplomacia israelí se mostró conciliador con los países del Golfo Pérsico, asegurando que “en la actualidad estamos trabajando para avanzar en nuestras relaciones con mucho países árabes de la región”.
Katz insistió en la intención de Israel de “forjar lazos y formalizar las relaciones” con estos estados, sobre los que dijo compartir intereses comunes, como la amenaza iraní, además de el desarrollo de iniciativas civiles conjuntas.