La crisis socio-política que atraviesa Perú, en gran medida, se le atribuye al cansancio de la población con su clase dirigente, a la que acusan de trabajar únicamente por sus propios intereses.
El vecino país vive jornadas de movilización desde el martes. Sin embargo, el jueves fue considerado como el día más agitado con masivas concentraciones en la emblemática plaza de San Martín, en Lima. Allí, la Coordinadora de Nacional de Derechos humanos reportó una decena de arrestos y dos heridos. Simultáneamente, se unieron manifestantes en Arequipa, Trujillo, Ayacucho, Cusco, Chimbote, Abancay y Tacna.
Gloria Alvitres, activista del Movimiento Ciudadano Frente al Cambio Climático en Perú, dijo a EL COLOMBIANO que las masivas protestas en las calles no pueden tomarse como un gesto de apoyo al destituido presidente Martín Vizcarra, acusado de corrupción por recibir presuntos sobornos a cambio de autorizar obras públicas cuando fue gobernador de la región de Moquegua en 2014.
En realidad, según narró, los ciudadanos se están manifestando en contra de lo que consideran una afrenta para su democracia, puesto que el gobierno transitorio de Manuel Merino (presidente del Congreso), recientemente posesionado en la Presidencia, carece de legitimidad al no ser elegido popularmente.
Además, para la activista, hay riesgo de reformas legislativas relámpago en detrimento del ambiente y la educación. Adicionalmente, se refirió a la desconfianza en torno a Ántero Flores-Aráoz, recién nombrado presidente del Consejo de Ministros, de quien dice que es un político “conservador, que reúne las condiciones para hablar de represión”.