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Merkel: ante una crisis del partido que ya no lidera

La ultraderecha apoyó la elección de un ministro de su colectividad y los cuestionamientos obligaron a la renuncia de quien sería su sucesora.

  • Angela Merkel dejó en 2018 el liderazgo del partido Unión Demócrata Cristiana de Alemania y anunció que también dejará la Cancillería de su país en 2021. Habrá elecciones ese año. FOTO AFP
    Angela Merkel dejó en 2018 el liderazgo del partido Unión Demócrata Cristiana de Alemania y anunció que también dejará la Cancillería de su país en 2021. Habrá elecciones ese año. FOTO AFP

Una crisis con la ultraderecha ahora tiene a la canciller de Alemania Angela Merkel con una investigación en su contra por las acusaciones de abuso del cargo y coacción. El relato del trance político vincula a un grupo de ultraderecha, el fantasma de los neonazis y la caída de Annegret Kramp-Karrenbauer, a quien Merkel designó como su sucesora.

Para entender el trance por el que pasa Merkel hay que mirar al pasado. En el país hay un pacto entre partidos para no formar alianzas con la Alternativa para Alemania (AfD) una colectividad de ultraderecha vinculada con grupos neonazis. Se le dice cordón sanitario y es una barrera, imaginaria si se quiere, que obliga a los bandos a dialogar entre sí antes que con la AfD.

“Es un partido que se sale de los estándares moralmente aceptables para el país. Por eso es que hay un ‘cordón sanitario’ a su alrededor para que nadie trate con ellos, lo que evidencia una cierta cordura en el arco político de Alemania en cuanto a aislar a la ultraderecha”, explica el profesor de relaciones internacionales de la Universidad Javeriana, Mario Aller San Millán.

El error del partido de Merkel

Desde que nació la AfD en 2013 jamás se quebró ese blindaje contra la ultraderecha, hasta la semana pasada, cuando el partido de la canciller, Unión Demócrata Cristiana (CDU), contó con los votos de la AfD para conseguir el gobierno en el estado de Turingia, dejando como primer ministro a Thomas Kemmerich. Solo duró 24 horas en el cargo.

“Imperdonable”, así calificó Merkel el respaldo que tuvo su partido de la ultraderecha y Kemmerich presentó su renuncia. Así, la canciller terminó mediando en una crisis que ya no era su responsabilidad porque ella no es más la presidenta de la CDU.

Con la renuncia y el llamado de atención no fue suficiente. Annegret Kramp-Karrenbauer, más conocida como AKK, anunció su retiro del liderazgo del partido y su salida significa que la designada por Merkel ya no entrará en la carrera por la Cancillería de cara a 2021, cuando la mujer más poderosa de la Unión Europea se retira de la política.

La AfD llevó todo hasta la máxima instancia denunciando a la canciller, quien deberá esperar a que la justicia decida los dos cargos en su contra impuestos por un grupo con orígenes neonazis, que es su mayor opositor.

“Merkel no supo responder a la crisis. Parte de su partido ya no la sigue. Esto se debe, en parte, a que lleva quince años en el cargo. Sin éxitos continuos un político pierde poder y vigencia, lo que hace que se debilite”, considera el PhD y profesor de la Universidad de la Sabana, Ulf Thoene.

Junto a esta complicada fase en el mandato de Merkel, Thoene recuerda la crisis de 2015 por la llegada masiva de refugiados a la Unión Europea, en la que su voz como defensora de estas personas se vio opacada por el freno del bloque a la migración.

Carrera para sucederla

Cuando Annegret Kramp-Karrenbauer se convirtió en presidenta del CDU, en 2018, también comenzó a sonar como una posible candidata a suceder a Merkel cuando deje la Cancillería en 2021. Conocida como “mini Merkel”, era una de sus seguidoras más fieles y contaba con su respaldo.

Su falta de acción ante la situación de la última semana y posterior renuncia deja un vacío en la colectividad cristiana de cara a las elecciones federales de octubre de 2021, en las que Kramp-Karrenbauer representaría la aspiración continuista del partido.

Ya están algunos nombres de quienes buscarían encabezar el CDU para así conseguir la postulación a la Cancillería. Entre ellos figura Friedrich Merz, quien perdió en 2018 la presidencia del partido contra a Kramp-Karrenbauer y ha sido un detractor de Merkel.

También están el ministro - presidente de la región de Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet, y el ministro de Salud Jens Spahn. Con los meses contados en la Cancillería, ahora Angela Merkel tiene el tiempo en su contra para recomponer a la Unión Demócrata Cristiana y fortalecer el cordón sanitario que ya se quebró en contra del ascenso de la derecha.

Juliana Gil Gutiérrez

Periodista egresada de la facultad de Comunicación Social - Periodismo de la Universidad Pontificia Bolivariana.

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