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La supuesta falsificación de miles de certificados de vacunación contra el covid-19, y la adulteración de datos en los sistemas y registros de salud también relacionados con la vacunación llevaron a que la jueza de la Corte Suprema de Brasil, Alexandre de Moraes, ordenara un allanamiento a la casa del expresidente brasilero Jair Bolsonaro.
En la mañana del miércoles la Policía brasileña llegó a la vivienda de Bolsonaro buscando pruebas ante las denuncias de fraude y falsificación de los documentos y los señalamientos de la jueza quien indicó que hay una línea de investigación “plausible, lógica y sólida que sugiere que el expresidente puede estar implicado personalmente en las supuestas irregularidades.
Bolsonaro, de 68 años de edad, negó los señalamientos, rechazó la acción policial y aseveró que en su contra se está gestando un falso caso. “No hay adulteración de mi parte. No me vacuné, punto, nunca lo negué”, dijo el expresidente a los periodistas frente a su vivienda: “Estoy realmente sorprendido por el allanamiento y las incautaciones”.
Bolsonaro, muy cuestionado por el manejo de la pandemia que dejó más de 700.000 muertos en Brasil, aseguró que la policía también incautó su teléfono celular e inspeccionó los registros de vacunación de su familia.
Las primeras investigaciones del caso apuntan a una presunta “asociación criminal” sospechosa de insertar “datos falsos de vacunación contra el covid-19 en los sistemas” públicos de salud, informó la Policía Federal (PF) en un comunicado. De esa forma buscaban “eludir” las restricciones sanitarias impuestas por las autoridades brasileñas y estadounidenses para prevenir la propagación del virus.
Aunque en el comunicado no se menciona a Jair Bolsonaro, en el reporte al magistrado la Policía Federal señaló que el expresidente fue ingresado en los registros como si hubiera tomado dos dosis del inmunizante, en agosto y octubre pasados. Su esposa e hija de 12 años, asesores y un diputado federal también habrían sido beneficiados de esas presuntas inscripciones fraudulentas, según la Policía Federal.
Durante su gobierno, Bolsonaro llegó a bromear con que aquellos ciudadanos que se inmunizaran podían convertirse en “cocodrilo”.
Tras la derrota en sus aspiraciones presidenciales en octubre del año pasado, Jair Bolsonaro decidió viajar en diciembre a Estados Unidos, un país que había mantenido las restricciones sobre covid-19 para los pasajeros que llegaran en vuelos internacionales, entre ellas presentar los certificados de vacunación.
Con esta medida restrictiva, Bolsonaro, quien ya reconoció que no se vacunó, ingresó sin ningún impedimento a los Estados Unidos, dos días antes de asumir la presidencia el izquierdista Lula da Silva.
“En mis idas a Estados Unidos nunca me fue exigido el certificado de vacunación”, explicó Bolsonaro a la red Jovem Pan. Aliado del Donald Trump, Bolsonaro permaneció en Orlando, Florida, hasta el 30 de marzo. Se desconoce cómo las autoridades estadounidenses manejaron la estancia del líder brasileño, después de finalizar su mandato el 1 de enero.
La Policía informó además que la operación incluyó 16 órdenes de allanamiento, en Brasilia y Rio de Janeiro, y seis órdenes de arresto.
Según medios de comunicación brasileros, la Policía Federal detuvo, entre otros, al teniente coronel Mauro Cid, exedecán de Bolsonaro y considerado su mano derecha durante la presidencia. “Conspirar contra la salud pública es una corrupción gravísima”, afirmó el ministro de Justicia y Seguridad, Flávio Dino.
Bolsonaro fue citado a declarar en la sede de la PF, pero sus abogados le recomendaron mantenerse en silencio.
“Irá cuanto antes (...) pero necesitamos acceder a la causa”, dijo Paulo Cunha Bueno, defensor del exmandatario, al diario Folha de Sao Paulo. Desde su regreso a Brasil, Bolsonaro ha sido interrogado dos veces por la Policía Federal en relación al caso investigado.