Por estos días, cada jornada en la Cámara de Representantes de Estados Unidos representa un dolor de cabeza para el presidente Donald Trump, pero ninguna como la de ayer. La declaración del embajador para la Unión Europea, Gordon Sondland, en medio de la investigación demócrata que podría dar pie a un juicio político, es la que más compromete al presidente hasta ahora.
La razón: Sondland confirmó que el abogado personal de Trump, Rudy Giuliani, habría solicitado presionar a Ucrania para investigar al rival político del presidente, el demócrata Joe Biden y a su hijo, Hunter.
De acuerdo con Sondland, el gobierno de Estados Unidos habría condicionado a la continuidad de las ayudas militares a Ucrania a la apertura de esta investigación. Estas, de hecho, fueron suspendidas en julio de este año “en ausencia de cualquier explicación creíble”, según el embajador.
Sondland, quien obtuvo el cargo por su cercanía con Trump en lugar de una carrera diplomática, afirmó que llegó a la conclusión de que las ayudas solo regresarían si el gobierno del primer ministro ucraniano, Volodomir Zelenski, se comprometía a investigar a Biden, uno de los rivales más claros de Trump en las elecciones de 2020.
Aunque, aclaró que al preguntarle directamente al mandatario republicano sobre lo que quería con Ucrania este respondió: “Nada”.