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EE. UU. se blinda para la investidura de Joe Biden

FBI alertó de manifestaciones armadas en todo el país. La capital extrema su vigilancia para proteger el Día de la Inauguración del nuevo gobierno.

  •  La Casa Blanca y el Capitolio están cercados por militares que vigilan sus instalaciones desde hace una semana. FOTO EFE
    La Casa Blanca y el Capitolio están cercados por militares que vigilan sus instalaciones desde hace una semana. FOTO EFE
19 de enero de 2021
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En Washington D. C. inspeccionan hasta a los propios cuerpos de seguridad federales de cara a la juramentación de Joe Biden como el presidente número 46 de la historia de Estados Unidos. El demócrata se juramentará este miércoles 20 de enero en un evento que se realizará en el ala este del Capitolio, a menos de quince minutos de la Casa Blanca, por lo que el país y, especialmente, la capital, intentan blindarse.

La zona está en estado de alerta desde el pasado 6 de enero, cuando se presentó el asalto al Legislativo por parte de seguidores extremistas del mandatario saliente Donald Trump. Y esa directriz de estado de alarma permanecerá, por lo menos, hasta finales de esta semana, porque los cuerpos de seguridad federales han detectado una serie de amenazas: posibles protestas armadas, viajeros con municiones y hasta consideran la probabilidad de que se presente un ataque perpetuado desde adentro, por parte de algún uniformado rebelde.

La situación es inédita. A Washington D. C. arribaron 25.000 efectivos del Ejército, una cifra mayor al número de soldados que están en Afganistán e Irak (5.000). El perímetro de la zona central de la ciudad, que concentra la Casa Blanca, el Capitolio y los edificios del Archivo Nacional, entre otras entidades del gobierno federal, está totalmente cerrado para personas externas. Hoy, y hasta que termine la Inauguración de Biden, ese sector solo podrá ser transitado por agentes federales, gubernamentales o personas asociadas al evento.

Christopher Wray, director del Buró Federal de Investigaciones​ (FBI), dijo que sus agentes monitorean pistas de posibles "protestas armadas, amenazas potenciales que derivadas del asalto al Capitolio el 6 de enero u otros tipos de amenazas potenciales que conducen a los eventos inaugurales y en varios otros objetivos". Las diligencias para investigar esas posibles conductas comenzaron cuando el FBI detectó conversaciones en redes sociales sobre esos temas, un patrón similar al de los sucesos del asalto, que también fueron convocados por internet.

Y los hechos amplían la preocupación. El domingo fue detenido un hombre en Washington con 500 balas. Esta persona había viajado desde el estado Virginia hasta el distrito capital y al ser interceptado aseguró que estaba “perdido”. Sin embargo, la preocupación no solo está centrada en lo que pueda ocurrir en el Capitolio Federal, sino que el FBI vigila los capitolios estatales, los mitines programados en Washington y todas las protestas que grupos extremistas han convocado para esta semana.

Prevenir amenazas

Pero, ¿puede presentarse una eventualidad de seguridad durante la posesión? Juan Carlos Ruiz, internacionalista experto en seguridad de la Universidad del Rosario, explica que todas esas medidas se están realizando, precisamente, para buscar que ninguna eventualidad se presente mientras el nuevo presidente se juramenta. Sin embargo, “no se puede descartar nada porque un solo hombre infiltrado puede hacer mucho daño”, asegura.

“Se abrió una caja de pandora que es el supremacismo blanco concentrado zonas rurales del Estados Unidos profundo. Trump alentó un pensamiento que llevaba mucho tiempo entre la gente: todavía prevalecen sentimientos por la Guerra de la Secesión”, afirma Ruiz. Las personas que por estos días han protagonizado manifestaciones y desmanes en estas llevan a sus hombros la bandera confederada (roja, con dos franjas azules que forman una cruz y estrellas blancas en esta), insignia que simboliza ese conflicto que vivió el país entre 1861 y 1865.

Que el FBI esté desplegando estos operativos no es sinónimo de que algo, efectivamente, vaya a ocurrir. Como lo dijo su director, Christopher Wray, esos mensajes que circulan en redes sociales incitando al odio pueden ser aspiracionales o traducirse en un suceso intencional. Pero, ante el antecedente del asalto al Capitolio, hay una palabra que marca las directrices de las autoridades: prevención.

Cien personas han sido capturadas por los incidentes del 6 de enero y el FBI tiene un cartel de “se busca” con los rostros de las personas que protagonizaron los incidentes anteriores y que, sospechan, podrían estar involucradas en más sucesos violentos.

Sin embargo, aunque en las calles de Washington hay un vaho de incertidumbre, el presidente electo Biden prepara un discurso enfocado en la unión, según adelantó la cadena CNN, para intentar cerrar el capítulo de la discordia que marcó la política estadounidense en los últimos meses.

Entre tanto, el presidente saliente Donald Trump ha guardado silencio en los últimos días, pero en su última aparición en público de la semana pasada envió un mensaje similar al de Biden: reconciliar la nación para cerrar el capítulo de los enfrentamientos por las elecciones de noviembre . n

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mil militares custodian la Casa Blanca y el Capitolio para la juramentación.

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