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¿Venezuela pasa la página de la hiperinflación?

El incremento en los precios se desaceleró, pero el país sigue en crisis. Los síntomas de su economía.

  • La hiperinflación es uno más de los problemas económicos de Venezuela. El incremento en los precios pulverizó la capacidad adquisitiva de los venezolanos y la cobertura del mínimo. FOTO julio herrera
    La hiperinflación es uno más de los problemas económicos de Venezuela. El incremento en los precios pulverizó la capacidad adquisitiva de los venezolanos y la cobertura del mínimo. FOTO julio herrera
27 de diciembre de 2021
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Venezuela está por salir de la hiperinflación tras cuatro años de incrementos récord en los precios que perciben los consumidores, pero ese hito no significa que la economía esté cerca de una recuperación.

La inflación mensual en noviembre fue del 6%, por debajo del indicador de octubre que había sido del 8,1%, de acuerdo con los datos del Observatorio Venezolano de Finanzas. Para el onceavo mes del año, la variación acumulada fue del 616,9%.

Esos datos son similares a los del Banco Central de Venezuela, que reseña que la variación mensual de noviembre fue del 8,4%, mientras que la de octubre se ubicó en 6,8%. Si bien son números elevados, están por debajo de los registros de años anteriores.

Un país entra en hiperinflación cuando registra una variación en el índice de precios al consumidor superior al 50% en un solo mes. Esto, en términos más básicos, significa que en cuestión de 3o días los precios se elevaron hasta la mitad o más de su valor.

Cuando esto sucede, la economía entra en un periodo de evaluación hasta que la inflación logre registrar incrementos menores al 50% de manera sostenida durante todo un año. Y esto, precisamente, es lo que está sucediendo con Venezuela.

Según los datos del emisor, este diciembre se confirmaría el fin de la hiperinflación; en contraste, con el análisis del Observatorio ese momento estaría llegando para febrero de 2022. Con una referencia u otra, la síntesis es que en el transcurso del próximo trimestre sería oficial que Venezuela, el país con la economía más golpeada de Latinoamérica, estaría pasando la página de la hiperinflación.

El salario se esfumó

La hiperinflación es como un huracán: cuando se va la tormenta queda la destrucción que dejó a su pasó y es difícil regresar todo a su estado habitual. Así explica el diputado Ángel Alvarado uno de los tantos fenómenos que aqueja las finanzas de esa nación.

“Venezuela podría estar saliendo de la hiperinflación, pero se mantendría en una inflación alta y crónica. Es una manifestación de un problema más profundo: una crisis de origen fiscal que tiene que ver con la destrucción de la economía a partir de 2007”, expresa Alvarado.

A cierre de 2020, la inflación fue de 3.478%, de acuerdo con el Observatorio (de 2.959,8% si se revisa la cifra del Banco Central). Para 2019 se calculó en 7.374% o 9.585%, según la fuente que se cite. Entre tanto, la de 2018 se situó en un millón seiscientos por ciento, tomando como referencia la estimación de la Asamblea Nacional, mientras que la del emisor indica que fue del 130.060%.

Sorpresivamente, al tiempo que la economía mundial seguía en crisis de cuenta de la pandemia, el ritmo de la inflación de Venezuela comenzó a frenarse en septiembre de 2020.

La raíz del problema

Los expertos siempre han alertado que la impresión de billetes, para poner más dinero a circular en la economía, puede llevar a una subida de la inflación por encima de las metas macroeconómicas. No obstante, el caso de Venezuela es ajeno a esa teoría, pues el fenómeno se presentó en un contexto de escasez de bolívares.

El decano de Economía de la Universidad Central de Venezuela, Ronald Balza, detalla que la hiperinflación se presentó porque el Banco Central estaba financiando su gasto con emisión monetaria que hacía para Petróleos de Venezuela (Pdvsa). Los ingresos por la venta del crudo decrecieron por la caída de los precios del petróleo en el mercado internacional y el emisor comenzó a entregarle sus fondos a la compañía estatal.

“En algún momento el gobierno decide dejar de financiarse a través de Pdvsa, el Banco Central no tiene que enviar tantos bolívares y la inflación va cediendo”, puntualiza Balza. Ese cambio fue el que desencadenó la hiperinflación en 2017 y ahora comienza a frenarla para 2022.

Esas transacciones del Palacio de Miraflores que desataron la crisis de Venezuela están por fuera del marco legal, pues la Constitución establece que está prohibido que el emisor financie gasto público emitiendo dinero.

Aún si Venezuela pasa la página de la hiperinflación, las consecuencias de la crisis seguirán latentes: la dolarización de la economía, la brecha en la tasa de cambio entre el dólar y el bolívar y la escasez de la moneda local persisten, obligando a los venezolanos a refugiarse en las remesas de quienes migraron y los ahorros en divisas de aquellos que lograron tener un sustento en medio de la crisis .

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