Con la oposición aún reacia a acudir a las elecciones presidenciales convocadas por el chavismo para el 22 de abril —por no tener garantías—, la presión sobre el régimen de Nicolás Maduro aumenta. Desesperado en su búsqueda de legitimidad ante la opinión pública internacional, dio marcha atrás a su polémica propuesta de realizar elecciones parlamentarias el mismo día en que tiene previstas las de presidente.
“El CNE va a evaluar para una siguiente fecha las elecciones parlamentarias, del consejo legislativo y de las cámaras municipales (...). No estamos ahorita preparados para hacer una elección conjunta”, dijo ayer la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, en rueda de prensa.
Esto va en contravía de lo ocurrido el pasado martes 20 de febrero, cuando el número dos del Partido Socialista Unido de Venezuela, Diosdado Cabello, propuso que los dos comicios coincidieran. ¿Qué hay detrás de esta rectificación por parte del chavismo? Varios expertos dieron respuesta a EL COLOMBIANO.
“El gobierno de Maduro siempre ha aprovechado las debilidades de su adversario. Y si ese dice que no va a participar, este coquetea con la posibilidad de hacer una gran jugada para ganar más espacio en otras instituciones. No obstante, ahora al dar marcha atrás da prelación a mejorar su imagen internacional al aparentar separación de poderes”, explicó Jesús Castillo Molleda, politólogo y docente de la Universidad del Zulia.
Con él coincidió Ana María Osorio, experta venezolana en marketing político: “esta es una jugada para desmontar la imagen que le ha creado la oposición, en la que ya es para el mundo una dictadura. Intenta crear una sensación de legalidad, de respeto a la democracia y de separación de poderes. Por eso Tibisay Lucena hace esa afirmación. Pero todos sabemos que en cada una de esas acciones de los líderes chavistas hay algo de Maduro”.