Este jueves entró en vigor un alto el fuego unilateral en Yemen. Fue decretado por la coalición liderada por Arabia Saudita con el fin de proteger del nuevo coronavirus a la población, pero los rebeldes hutíes desmintieron que se esté aplicando.
La coalición dijo que la tregua de dos semanas ya había entrado en vigor, pero un portavoz de los rebeldes hutíes aseguró que los ataques aéreos continuaban.
“La agresión no paró... y hasta ahora hay ataques aéreos, continuamente”, indicó el portavoz, Mohamed Abdelsalam, a la cadena televisiva Al Jazeera.
Los rebeldes hutíes, apoyados por Irán y contra quienes interviene la coalición, consideran el alto el fuego “una maniobra de distracción política y mediática”, añadió la misma fuente.
La última vez que se aplicó un alto el fuego fue en la ciudad portuaria estratégica de Hodeida (suroeste), negociado por Naciones Unidas durante las conversaciones interyemeníes en Suecia a finales de 2018.
Emiratos Árabes Unidos, miembro de la coalición que retiró sus tropas de Yemen el año pasado, celebró esta nueva decisión saudita, calificándola de “sabia y responsable”.
“Espero que los hutíes estén a la altura de la situación. La crisis Covid-19 lo eclipsa todo: la comunidad internacional debe intensificar sus esfuerzos y trabajar para proteger al pueblo yemení”, tuiteó el ministro emiratí de Estado de las Relaciones Exteriores, Anwar Gargash.
Solución más amplia
Este gesto se produce tras una escalada de combates en Yemen, pese al llamado de Naciones Unidas a un cese inmediato de la violencia para proteger a los civiles de la pandemia en el país más pobre del mundo árabe.
Unas horas antes del anuncio de la coalición, los hutíes publicaron un documento con su visión sobre cómo poner fin al conflicto. Pidieron la retirada de las tropas extranjeras y el fin del bloqueo de la coalición a los puertos y el espacio aéreo yemení.
Igualmente exigieron que la coalición pague los salarios de los funcionarios durante la próxima década y que financie la reconstrucción del país, incluido las casas destruidas durante los bombardeos aéreos.
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Urgencia absoluta
El enviado especial de la ONU, Martin Griffiths, aplaudió la tregua y exhortó a los beligerantes a “cesar inmediatamente las hostilidades”, algo que a su juicio es una “urgencia absoluta”.
La interrupción de la contienda se produciría en un momento en el que Arabia Saudita, que se enfrenta a una caída de los precios del petróleo, busca salir de un costoso conflicto que ha matado a decenas de miles de personas y que según la ONU ha desencadenado la peor crisis humanitaria del mundo.
El miércoles, el viceministro saudita de Defensa, el príncipe Jaled bin Salmán, instó a los rebeldes a “demostrar buena voluntad”.
“El alto el fuego de dos semanas creará, esperemos, una atmósfera que alivie las tensiones” y que ayude a los esfuerzos de Griffiths para “una solución política duradera”, tuiteó.
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Yemen no ha anunciado por el momento ningún caso de contagio del nuevo coronavirus, pero las organizaciones humanitarias han advertido que si se ve afectado el impacto será catastrófico.
Arabia Saudita, el gobierno yemení y los rebeldes se mostraron a favor de la petición del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, sobre un alto el fuego mundial para proteger de la pandemia a las personas vulnerables en las zonas de conflicto.