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“Colombia será protagonista en la próxima cumbre del clima en París”: Vallejo

EL COLOMBIANO dialogó con el Ministro de Ambiente, Gabriel Vallejo, sobre el compromiso que llevará Colombia a la COP21.

  • El ministro de Ambiente, Gabriel Vallejo, lidera la estrategía nacional de cara a la COP21. FOTO cortesía
    El ministro de Ambiente, Gabriel Vallejo, lidera la estrategía nacional de cara a la COP21. FOTO cortesía
04 de septiembre de 2015
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Colombia ha intentado, en las últimas cumbres mundiales sobre la amenaza del cambio climático, ser una de las naciones que lidere una revolución global de la sostenibilidad, aunque los principales culpables de la problemática, China y Estados Unidos, aún no se comprometen de lleno en salvar el planeta.

En diciembre próximo, se espera que la Conferencia de las Partes (COP21), en París, cambie la situación, y que se logren acuerdos vinculantes, vigentes a partir de 2020, que ayuden a un cambio de rumbo y que la humanidad evite un desastre climático peor.

Por tanto, el gobierno colombiano, consciente de representar a una potencia en biodiversidad, bosques y recursos hídricos, espera ampliar su protagonismo. En esto trabaja el Ministerio Ambiente y Desarrollo Sostenible, tal como aseguró, en entrevista a EL COLOMBIANO, Gabriel Vallejo, titular de dicha cartera:

En la COP21 se espera que las potencias asuman compromisos para dejar de llevar al planeta al colapso, por las crecientes emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), ¿cómo ve Colombia esta cumbre?

“La COP21 de París va a marcar un hito histórico para el mundo entero, toda vez que desde el protocolo de Kyoto a esta fecha hubo una evolución significativa en términos de qué es lo que se negocia. Estas cumbres son cada vez más vinculantes y esperamos que el evento de diciembre sirva para tener compromisos concretos para mitigación, adaptación y herramientas para obtener estos objetivos.

Ya E.U. ha hablado de una reducción del 30 por ciento de las emisiones de las termoeléctricas del país, un anuncio muy relevante, dado que 40 por ciento de las emisiones de gases contaminantes en E.U. corresponden a este sector. Es un avance muy importante, tal como el compromiso de China para hacer una reducción mucho mayor.

Frente a esto Colombia ha expuesto, en voz del Presidente de la República, Juan Manuel Santos, su compromiso por una reducción del 20 por ciento, para el año 2030, de las emisiones de GEI, algo que se hace a pesar de que Colombia es uno de los países que menos contamina el aire en el mundo. Nosotros emitimos un 0,46 del total global, pero nos comprometimos para trabajar, junto a la Universidad de los Andes, el Banco Mundial, entre muchas otras entidades públicas y privadas, en pos de lograr dicho objetivo. ¿Por qué? Nuestro país es uno de los más vulnerables al fenómeno y este tema es una preocupación para el gobierno.

Por tanto, esperamos compromisos realizables y vinculantes en París, y Colombia demostrará su trabajo en este sentido”.

¿Es posible lograr que potencias que han basado su desarrollo exclusivamente en la explotación y uso de hidrocarburos cambien su chip, su forma de subsistir y tener ganancias por estos compromisos?

“La utilización de combustibles fósiles, y el problema que plantean, no solo es una realidad de las potencias, sino del mundo. En segundo lugar se ha venido, de forma paulatina pero progresiva, desarrollando la energía sostenible, renovable y verde. Parte de la decisión de Obama frente a las Termoeléctricas apunta a buscar nuevas fuentes de energía sostenible. En Europa, los países dan incentivos tributarios para los sistemas de transporte público y privado que sean híbridos eléctricos. En nuestro país ya hay una red importante de estos vehículos, no en volumen pero sí en distribución.

Yo creo que hay cada vez mayor conciencia ambiental sobre el reto que implica el cambio climático. A pesar de que nos falta mucho, en general el nivel de conocimiento de la población, sobre lo que significa este problema y cómo lo afecta, qué puede hacer para cambiar esto, es creciente.

Cuando se ve la situación del país, en términos de sequías, incendios forestales, la gente toma conciencia de que hay que cuidar el agua y proteger los bosques, por lo que la preocupación ambiental, por lo menos en Colombia, es creciente”.

Usted afirma que Colombia es una de las naciones más vulnerables al problema, ¿por qué?

“Hay varios motivos, pero tres fundamentales. El primero es el de la ubicación geográfica: tenemos dos mares, por lo que estamos muy expuestos a la erosión costera, una de las consecuencias más graves del cambio climático. En segundo lugar, tenemos distintas zonas de temperatura, por lo que frente a enormes sequías en ciertas regiones del país, como la costa, que afectan gran parte de la actividad agropecuaria, también hay otras que tienen repercusiones completamente distintas y drásticas, como es el caso de las enormes precipitaciones de lluvia. Esas características nos hacen muy vulnerables. En tercer lugar, estamos muy preocupados por el tema de la deforestación, algo crucial para enfrentar, porque en bosques y selvas se captura el CO2, y este problema deviene en los enormes daños que vemos actualmente en Colombia y el mundo”.

¿Qué compromisos va a llevar Colombia a París y en qué va a aportar?

“Nosotros logramos hacer unos cambios a raíz del encuentro que hubo en Cancún (2010). Hoy el 70 por ciento del país está generando energía hidráulica. Asimismo, el Congreso aprobó la Ley 1715, para que Colombia promueva energías no convencionales y que llevé soluciones energéticas alternativas a lugares apartados o no conectados. Esto lo que está generando es una estrategia muy favorable.

Pero frente a la pregunta, nosotros llevamos trabajando tres años en la definición de este aporte nacional a la lucha mundial contra el cambio climático. Para nosotros esto se debe definir no como un tema ambiental, sino incluso como un asunto de competitividad global frente a esta problemática.

Nosotros venimos trabajando en ocho acuerdos intersectoriales que ya están en ejecución con los sectores que más generan emisiones de efecto invernadero. El primero es agricultura, con casi el 60 por ciento de las emisiones. También se trabaja con transporte, minas, y con los demás, que no tienen un efecto significativo, se está haciendo una labor relevante.

En el caso del Ministerio de Agricultura, el doctor Aurelio Irragorri está enfocado en todas las actividades agropastoriles para optimizar, desde el punto de vista de sostenibilidad, el manejo del ganado y la siembra de cultivos. Asimismo, un tema fundamental es el de la deforestación, uno de los grandes culpables del cambio climático. En este asunto cooperamos varios ministerios con Fedemaderas, para disminuir el tráfico ilegal de madera. Alto porcentaje de la que se consume en el país es ilegal. Estamos diciéndole a los colombianos que cada vez que compren un escritorio, mesa o cama, se cerciore sobre la procedencia de la madera. Es un trabajo muy centrado, que agrupa a varios sectores. El de Vivienda acaba de sacar una reglamentación ambiental para la construcción de hogares de interes social. Es decir, es un trabajo articulado para llegar a esa reducción del 20 por ciento.

Un tema que representa un enorme avance es el de áreas protegidas. Lo que nosotros le estamos diciendo al mundo es que hay zonas estratégicas desde el punto de vista ecosistémico, de generación de agua, de flora y fauna única en el país y en el mundo, que no se pueden tocar.

Y tenemos todo el desarrollo en cuanto a la Visión Amazonía para reforestación. Estamos invirtiendo casi 130 millones de dólares, en conjunto con el gobierno alemán, noruego y británico para esta estrategia.

En suma, tenemos toda una serie de opciones para presentar ante el mundo nuestra meta de reducir al 20 por ciento nuestras emisiones”.

¿En qué aspecto tendrá que mejorar Colombia de cara a esta cumbre? ¿Mitigar el impacto del conflicto armado sobre los ecosistemas?

“Tengo la convicción de que el ministerio más beneficiado de un postconflicto, después de lo referente a víctimas y violencia, será el de Ambiente y Desarrollo Sostenible. Hemos visto daños ambientales irreversibles en los últimos 30 o 40 años de conflicto. Y con estas labores estamos buscando mitigar esas consecuencias de la guerra. Gran parte de la deforestación, de la minería ilegal, cultivos ilícitos, entre otros problemas, están dados por el conflicto. La firma de un acuerdo de paz, por tanto, significará en este sentido un gran salto adelante.

Vamos a poder recuperar zonas que estaban perdidas, degradadas. Podremos hacer biotecnología y bioprospección, que es el futuro real de la ciencia en el mundo. Iremos a zonas del país que no hemos podido visitar por cuenta de la violencia. El fin de la guerra nos va a generar enormes réditos desde el punto de vista ambiental”.

¿Se ha comprometido el sector empresarial colombiano en la preservación del medio ambiente?

“Tengo que decir con enorme satisfacción que el sector empresarial es un aliado incondicional de los temas ambientales en Colombia. Con los acuerdos que se suscriben a nivel internacional, este compromiso implica que las empresas nacionales van a tener que buscar mayor eficiencia energética, sustitución de carbón por biomasa, apostarle al transporte multimodal, buscar medios fluviales, férreos o alternativos que reducen la contaminación. Desde el punto de vista de vivienda, la eficiencia energética o de ahorro de agua, con sanitarios ahorradores, y otros asuntos como el manejo de residuos para utilizarlos como compostaje.

Es decir, aquí lo que hay es una enorme oportunidad para la industria, el comercio y el sector servicios y un gran compromiso frente a retos que ya no son solo ambientales sino de competitividad, de cómo estas empresas ayudarán a posicionar a Colombia frente al mundo”.

En cuanto a biodiversidad, ¿cuáles logros y falencias existen en Colombia?

“Siendo nuestro país uno de los más biodiversos del mundo, hemos realizado esfuerzos considerables, pero hay un camino muy largo por recorrer. Tal como hemos enfatizado con anterioridad en distintas instancias, hay un enorme problema con el tema de la minería criminal. Esta le está haciendo un gran daño a los ecosistemas, no solo por la deforestación, sino por solo tener en cuenta cómo se extrae la riqueza, junto al doloroso tema de la irrigación del mercurio y cianuro en las fuentes hídricas, que afecta toda la cadena alimenticia. Hay un objetivo claro para enfrentar esto, tal como ha mostrado Santos en su mandato.

Además, el mandatario actual va a terminar sus ocho años de gobierno declarando 19.5 millones de hectáreas de áreas protegidas frente a las 12.5 que existían en 2010. Es un aumento del 50 por ciento solo en su mandato. Y ampliar zonas absolutamente mágicas como el Parque Nacional del Chiribiquete, entre otras. Es decir, hay esfuerzos grandes de conservación y cuidado de la biodiversidad.

En todo caso, hay retos grandes, la minería ilegal, el tráfico de flora y fauna —uno de los males más graves del país al que combatimos sin tregua con Policía y Ejército—, y el tráfico de maderables que es uno de los temas que a mí personalmente más me preocupa.

Colombia forma parte de la Asociación Independiente de Latinoamérica y el Caribe (Ailac), que es un grupo que lidera las reformas en las cumbres de cambio climático. Todo lo que hemos logrado se puede evidenciar en distintos hechos, y así se puede obtener la financiación global. No solo es una labor nuestra, sino de las universidades, gremios, organizaciones, por lo que quedará claro cómo se llegará a la reducción del 20 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero”.

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