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El Poblado insiste en SOS por sus quebradas

Habitantes de esta comuna reiteran la necesidad de intervenir varios afluentes. Temen por más desastres.

  • La Frontera, donde se unen las quebradas La Zuñiga y La Paulita, es uno de los puntos que preocupa en El Poblado. FOTO jaime pérez
    La Frontera, donde se unen las quebradas La Zuñiga y La Paulita, es uno de los puntos que preocupa en El Poblado. FOTO jaime pérez
08 de junio de 2021
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Los moradores de El Poblado se han hecho vecinos. Pese a la distancia que los separa en ese punto conocido como la comuna 14, la incertidumbre, frente al brío de las aguas que recorren esas estribaciones, ha afianzado ese vínculo. La relación es tensa. Cada centímetro que han perdido esas aguas puede ser reclamado, por ellas mismas, en cualquier momento.

Esa es la situación que viven los habitantes de este punto de la ciudad. La falta de mantenimiento, mala planeación y escasez de cultura ciudadana han sido, según voces recogidas para este informe, tres golpes fatales para las quebradas que atraviesan el suelo madre de Medellín.

Este protagonismo no es nuevo. Si bien estas fueron otrora el espejo primero de la constitución de una villa, hoy son, también, una bitácora de ausencias. Entre ellas se suman, según Jaime Ignacio Vélez, especialista en planificación de cuencas hidrográficas, canalizaciones a medias, desvíos innecesarios, reducciones de los cauces y un hambre, voraz, de colonización.

Algo de ese anhelo español, que borró el rastro de los aburráes, perduró en sus descendientes, dice el experto. “Todo el mundo, en todo momento, está buscando cómo robarle espacio a las quebradas. Y aunque eso ha pasado en toda la ciudad, en El Poblado las intervenciones han sido menos modestas”, agrega.

Esos centímetros —quizás metros— pueden ser una de las varias causales para entender la situación que vivió El Poblado la tarde del jueves 6 de mayo, cuando Medellín registró fuertes lluvias, granizadas y una tormenta eléctrica.

Entre 30 desplomes de árboles, cinco deslizamientos y 25 inundaciones, la mayoría, informó entonces el Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres (Dagrd), tuvo lugar en la comuna 14. Esto, por las crecientes súbitas de las quebradas La Paulita, La Presidenta, La Sanín y La Volcana (ver Gráfico).

La salida de estas de sus cauces habituales generó estragos en el sector de San Lucas. Allí colapsaron, parcialmente, el techo y un muro del restaurante IlForno. La zona de parqueaderos de El Tesoro también se vio afectada por las inundaciones. Estos hechos, relatan varios habitantes de El Poblado, no son comparables con lo que pudiese llegar a suceder si no se atiende, de manera urgente, la salud de sus quebradas.

A propósito de este nuevo SOS que lanzan desde esa comuna, EL COLOMBIANO conoció cómo la ciudadanía cuida de tres de los afluentes que cruzan el lugar, lo que pide para evitar futuras tragedias y las acciones que ejecuta al respecto la Secretaría de Medio Ambiente.

Bitácora

La comuna 14 cuenta con un total de 61,7 kilómetros (km) de red hidrográfica, según la Secretaría de Medio Ambiente de Medellín. De estos, 20,9 km (34%) discurren de forma cubierta o por box culvert; 8 km (13%) van por canal abierto; y 32,7 km (53%), por canal natural o sin intervención. En medio de este panorama hidrográfico ha transcurrido la vida de El Poblado.

“Desde hace muchos años, la quebrada ha estado perjudicando la zona de San Lucas. La única vía que tenemos para ingresar a nuestras viviendas, que lleva al sector de Bosques del Pinal, está a punto del colapso”.

Así describe Lina Chica la situación que se presenta cerca a su casa. Además del aguacero de hace un mes, la quebrada corre hoy con un cauce que, según ella, no es habitual. Lo califica como peligroso.

El domingo pasado, continúa, “hubo un deslizamiento que taponó la quebrada. La urbanización Avellaneda está en riesgo. Se hizo una revisión y entregaron recomendaciones, pero no más”. La situación, detalla Chica, cumple ya treinta años sin solución: “Todas las autoridades competentes del Estado han hecho registros y presencia, pero hasta ahí llega todo”.

No muy lejos, en el sector Loma de los Parra, vive Marta Cecilia Vasco, una de las personas que vela por el funcionamiento del acueducto comunitario que, en ese lugar, suma más de 100 años. La Escopetería es la quebrada que le ha acompañado buena parte de su vida. Sin embargo, la zozobra ha ido en paralelo. No conocer los designios de esas aguas, comenta, implica estar siempre a la expectativa.

“Durante muchos años el agua venía muy limpia. Era lo que teníamos, porque no había llegado EPM. Pero con el tiempo, las construcciones permitidas en El Poblado afectaron la quebrada”, relata.

Acota, asimismo, que el agua llegó al punto de no ser apta para el consumo humano. “Hemos hablado con constructores, centros comerciales y otros actores, pero los esfuerzos han sido poco fructíferos”, sostiene.

Amparo Gaviria, líder de la comuna 14 y residente en Provenza, retoma los relatos de Chica y Vasco. Esta habla sobre La Presidenta, la cuenca con más longitud y afluentes en esa zona.

“Cuando llueve muy fuerte, en el punto de la 36, sobre la calle 8, el flujo de agua desborda el cauce y se represa. Ello nos suele generar inundaciones en el gimnasio de la zona y en la cancha”, comenta.

Pero este es solo el principio. Gaviria se ha hecho a una lista de reparos. Varios puntos están en su radar. “En la carrera 39, por el lado de la calle 8, el panorama es crítico. Las construcciones siguen estrechando las quebradas, eso ha generado un nudo hidráulico. El agua se sale por el puente”, continúa.

A esta altura, la líder expone que su relato podría emular, en poco tiempo, una obra de Gabriel García Márquez: “Ojo. Este puente es crónica de una muerte anunciada; este puente se va a caer”, alerta. “Al lado tenemos locales comerciales, edificios y el parque lineal de La Presidenta”, detalla.

¿Qué piden?

Los relatos anteriores coinciden en tres ideas: devolverle espacio a las quebradas, fortalecer las acciones ciudadanas para cuidarlas y lograr que las autoridades competentes asuman las obras de prevención que sean necesarias.

Al respecto, la Secretaría de Medio Ambiente entregó el balance de intervenciones que se han ejecutado en algunos de los puntos descritos, debido a las contingencias ambientales más recientes.

En el caso de La Paulita, el despacho expuso que se destapó, manualmente, un paso que acumulaba material vegetal y sedimentos. Adicionalmente, se realizó la limpieza de un sumidero de aguas lluvia, que estaba tapado y no permitía la evacuación, en su momento.

En cuanto a La Escopetería, se dispuso de una cuadrilla de obreros, la cual se encargó de labores de limpieza en las zonas aledañas a la quebrada. Pese a ello, en los días posteriores se registró otra obstrucción. Se hizo otra intervención.

Estas acciones, sin embargo, dan cuenta de esfuerzos para asistir las contingencias. ¿En qué frentes se avanza para prevenir desastres? El despacho respondió que cuenta con una serie de acciones para atender los cauces de estas quebradas: “Una de ellas son los contratos de mantenimiento con los que, año a año, se priorizan puntos críticos para su intervención”.

Este explicó, asimismo, que la calidad hídrica de las aguas que discurren por la comuna 14 (a excepción de la quebrada La Volcana, en algunos tramos) cuentan con calidades “organolépticas” adecuadas. Es decir, “sus quebradas no se encuentran con altos volúmenes de contaminación. No se observa presencia de residuos sólidos”.

Pese a esto, el despacho reconoció que en el sector es frecuente encontrar casos en los que no se respetan las zonas de retiro: “Esta franja es imprescriptible, inalienable e inembargable, ya que es un bien de dominio público, que tiene un fin: que discurra la quebrada. Cuando este bien se vulnera, se presentan problemáticas”.

En cuanto a las peticiones de Chica, Vasco y Gaviria, la dependencia afirmó que trabaja en frentes de prevención. No obstante, concluyó: “No siempre la solución es una canalización. Muchas veces la ocupación ilegal de zonas de retiro genera que las quebradas sean cambiantes. Canalizarlas, entonces, no soluciona el problema, por el contrario, puede agravarlo”

61,7
kilómetros de red hidrográfica atraviesan los suelos de El Poblado: Sría. de Ambiente.
Infográfico
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