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Son las 12 del día y por el cruce de la Oriental con Maturín pasan cada minuto unos 65 autos y 45 motos hacia el sur, y 52 autos y 30 motos hacia el norte. También 25 vehículos de occidente a oriente.
Es el segundo sitio más contaminado del Centro, según los datos de la estación de medición de calidad del aire del Éxito de San Antonio.
Gabriel de Jesús Urrego, vendedor con 6 años en ese lugar, dice que con frecuencia siente ardor en los ojos. “Y todo ese polvo que uno se traga”, precisa.
Yaneth, quien vende mango hace solo 3 meses en la esquina, comenta que el ardor en los ojos es frecuente. Para ella es peor el tráfico después de las 4 de la tarde, aunque Urrego sostiene que es parejo todo el día.
A unas 8 cuadras está el sitio más contaminado de la ciudad, el edificio Miguel de Aguinaga en Carabobo, frente a Plaza Botero.
Medellín, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, es la novena ciudad más contaminada de Latinoamérica, una distinción que les está pasando factura a sus residentes.
Estudios del médico salubrista Elkin Medina López, de la Facultad Nacional de Salud Pública, dicen que cada día mueren en la ciudad 8 personas por cáncer de pulmón, enfermedades respiratorias y cardiovasculares atribuidas a la polución del aire. “En 1980 morían unas 200 personas anualmente por enfermedades crónicas y para 2012 este valor se quintuplica con cifras cercanas a 1.000. Las tasas de mortalidad por enfermedades respiratorias crónicas que ajustan por el incremento natural de la población muestran también el aumento correspondiente desde valores cercanos a 15 hasta valores alrededor de 45 muertes por 100 mil habitantes”.
Si bien en las estaciones de medición del material particulado de 10 y 2,5 micras no todos los días se excede la norma colombiana, en algunas como las del Centro y la Universidad Nacional se sobrepasa con frecuencia el límite sugerido por la OMS, dice un estudio de la UPB y el Área Metropolitana.
Pero no son los únicos contaminantes: la Contraloría General de Medellín reportó que en 2013 (último año con informe), en todas las estaciones que miden ozono superficial se sobrepasó la barrera de la norma nacional.
La concentración de benceno en 10 de 18 estaciones excede los límites de la OMS según informe de la Facultad de Minas y el Área Metropolitana. Este es cancerígeno.
Todo esto deteriora la salud. Una recopilación de investigaciones hecha por el Ministerio de Salud, reitera la gravedad del problema.
En 2007 el grupo de Ana Milena Herrera “encontró que los niños que residían en zonas de Medellín con altos niveles de PM2.5, PM10, hollín y plomo en el aire aumentan el riesgo de sufrir infecciones respiratorias o crisis asmáticas en un 49.3%”.
La investigadora Paula Andrea Díaz detectó que “las personas expuestas a un mayor nivel de contaminación ambiental (PM10 60 μg/m3) presentan una mayor proporción de disfunción pulmonar que los que se exponen a ambientes menos contaminados (PM10 30 μg/m3); esta relación mostró un exceso de riesgo de 61 % en las personas expuestas” frente a las que se exponen a niveles más bajos.
Concuerda con lo hallado por María Cristina Franco en 2012: las zonas con alta densidad de vías y un alto tráfico vehicular presentan alta incidencia de enfermedad cardiorrespiratoria. Su estudio se centró en Itagüí.
Y para reafirmar lo expuesto por Medina, Natalia Bolívar y Leidy Johanna Jaramillo detectaron que “en Medellín las muertes por enfermedades respiratorias crónicas vienen aumentando en el transcurso de los últimos 27 años, a razón de 28 casos por cada año la tasa aumenta 1,14 por año por cada 100.000 habitantes” y determinaron que la mortalidad por enfermedades respiratorias crónicas en Medellín excede a los municipios del Oriente en 27 %.
Diana Rodríguez, fisioterapeuta de la Clínica CES, cuenta que han aumentado tanto los pacientes por enfermedades respiratorias que el grupo de terapia creció en respuesta.
Hay otro dato preocupante: por cada incremento de 1 μg/m3 de PST por año, aumenta la tasa de mortalidad por enfermedades respiratorias crónicas en 0,26 muertes por cada 100.000 habitantes.
Como explica Medina, los niveles del material particulado son altos, considerando que las estaciones están en sitios altos, a nivel del piso es peor: “los valores ascienden con la proximidad de los vehículos a niveles de 150, 200 y hasta 400 y 500 μg/m3 en la ubicación más cercana, es decir, en las aceras a la altura de los transeúntes”.
El aire de Medellín está enfermo, enferma y mata a sus habitantes. Muerte lenta que a veces pasa desapercibida.